La Argentina volvió a registrar en febrero la inflación más alta del mundo, por encima del Líbano y de Venezuela. La brecha es creciente en este podio y las perspectivas para este año no parecen estar destinadas a cambiar.
De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó que el 80% de los países registrará un descenso en su nivel de inflación este año respecto del 2023, una mejora que no se observaría en la Argentina.
En promedio, el mundo exhibirá una suba de los precios del 5,8% en 2024, frente a una cifra superior al 200% en la Argentina.
El mes pasado la Argentina registró una suba de los precios al consumidor del 13,2% y del 276% en un año, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El último dato del Líbano corresponde a enero, con un 177% anual, mientras que en Venezuela el Observatorio de Finanzas (OVF) registró una deflación del -0,5% en un mes y una suba del 85% en 12 meses. En tanto, el Banco Central del gobierno de Nicolás Maduro informó un incremento mensual del 1,2% y uno anual del 75,9%.
Deflación en Venezuela
El OVF explicó que la deflación del mes pasado “aunque puntual, no se observaba en muchos años. Entre los factores que explican esta caída de los precios están a apreciación nominal del tipo de cambio de 1,2%, al pasar la cotización del dólar de Bolívares 38,42 a Bolívares 37,96, debido a las mayores ventas de divisas del Banco Central de Venezuela”.
Además, “a la menor emisión de dinero por parte del instituto emisor”. Además, el OVF subrayó que “durante febrero en el rubro alimentos, que es el que tiene mayor ponderación en el índice, se observaron algunas rebajas y ofertas en algunos bienes de consumo como expresión de la debilidad de la demanda y la caída del consumo”.
Así, precisó, “a nivel nacional los precios de los alimentos disminuyeron 3,1% y lo mismo sucedió en el transporte de taxis y otros medios de movilidad individual”.
Ajuste pendiente
Tanto los datos de inflación del Líbano como los de Venezuela muestran una tendencia a la baja en términos anuales, mientras que en la Argentina -que terminó 2023 con un 211%- ocurre lo contrario; si la inflación cae abruptamente como pronosticó el presidente Javier Milei, la tendencia podría cambiar a partir de mayo o junio.
Sin embargo, el ajuste pendiente de los precios relativos y la inercia llevaron a adelantar a las consultoras relevadas por el Banco Central que la inflación terminará muy cerca del nivel del año pasado, en torno del 210%.
Recién a fines de 2025, si se mantiene la estrategia de prudencia fiscal y monetaria, el país registraría dos dígitos de inflación, con un 60% a fin del año próximo.
¿Qué pasa en el resto del mundo?
Todo el resto de América Latina tiene índices inferiores al 10% anual, salvo Haití, el país devastado por la guerra civil, con un 21%; luego se ubica Colombia con el 7,7% en los últimos 12 meses (1% en febrero).
Le sigue Uruguay con 4,7% el último año (0,6% en febrero), Chile 4,5% (0,6%), Brasil 4,5% (0,8%), México 4,4% (0,09%), Perú 3,2% (0,5%), Paraguay 2,9% (0%), Bolivia 2,5% (0,2%) y cierra la tabla Ecuador con el 1,4% (0,1%).
Para este año la divergencia no se acortará, ya que, según el último informe de Latinfocus, Venezuela terminará con una inflación del 127% -aunque hay chances de que la reduzca a dos dígitos-, Colombia 6,3%, Uruguay 5,9%, Bolivia 3,9%, Brasil 3,8%, Paraguay 3,6%, Perú 2,8% y Ecuador 2,3%.
Entre los países más desarrollados, ya reportaron su inflación anual Estados Unidos presentó el 3,2%, Francia 2,9%, Alemania 2,5% e Italia 0,8%.
Según el FMI, “la inflación está disminuyendo más rápido de lo previsto en la mayoría de las regiones, en medio de la corrección de los problemas de oferta y de una política monetaria restrictiva. Se espera que la inflación global mundial caiga al 5,8% en 2024 y al 4,4% en 2025, con la previsión de 2025 revisada a la baja”. ¿Podrá acoplarse la Argentina a ese tren al menos el año próximo?
Marzo va a ser muy complicado
Durante una entrevista, al analizar la inflación de marzo el propio presidente Javier Milei sostuvo que “va a ser muy complicado porque tiene un tema de estacionalidad muy denso, pero no descarto que en abril haya una fuerte caída de la inflación”.
Son varios factores que influyen en este escenario. El primer punto, es el componente estacional, con la vuelta a clases y los incrementos ligados a la Educación.
Pero también repercuten las subas de distintos servicios regulados. Un tercer ítem, que preocupa al Gobierno, es el aumento que se observó en los productos de consumo masivo.
En ese escenario, algunas consultoras privadas pusieron en duda que el IPC siga el camino descendente en el tercer mes del año.
Por caso, el índice de precios que elabora la consultora FIEL registró en la primera semana de marzo un alza del 5,7%, la mayor suba semanal desde comienzos del año. Trepó un 15% frente a la primera semana de febrero y 304,7% en la comparación interanual.
“El mayor incremento semanal corresponde a Regulados (8,5%) como consecuencia, principalmente, del aumento de prepagas”, aclaró.
De acuerdo al último reporte de la consultora Equilibra, “marzo es el primer obstáculo para la desaceleración gradual y continua de la inflación mensual, pues hay factores puntuales y Estacionales que suelen impulsar al alza la inflación en el tercer mes del año (Educación, Semana Santa e Indumentaria)”.
“En marzo la inflación núcleo se estabilizaría en torno a los niveles de febrero (13%), ya que la suba de costos rondará esos guarismos (aumentos salariales en torno a 15%, alza del tipo de cambio oficial del 2% y fuerte suba del costo de la electricidad para comercios e industria)”, resaltaron.
Alimentos más caros
Por su parte, desde la consultora LCG señalaron que el relevamiento de precios de los alimentos tuvo un alza del 3,6% semanal, acelerando 2,3 pp respecto a la semana previa.
“La inflación promedio mensual parece estabilizarse en un nivel todavía alto. Esta semana alcanzó el 12%, volviendo a acelerar respecto a la semana previa (+0,5 pp). A su vez, el porcentaje de productos con aumentos se mantiene prácticamente constante en 33% del total, lo que significa que el total de la canasta ajusta cada 3 semanas”, explicaron desde la consultora.
En tanto, desde C&T alertaron por la aceleración en el precio de los alimentos los últimos días de febrero. Una dinámica que, “junto con el alza de la electricidad de mitad de mes, deja un arrastre estadístico de cerca de 3% para marzo, mes en el que los ajustes de educación tendrán un peso significativo y a los que puede sumarse un incremento en el gas”.
Se derrumba el consumo de Coca Cola
“Las ventas de Coca Cola se cayeron como un piano arrojado desde una terraza. Es increíble. Hasta en Córdoba donde está el público más fiel que la mezcla con fernet ocurre este fenómeno”, explicó un ejecutivo de la firma mexicana Femsa que posee dos plantas embotelladoras y cuatro centros de distribución de los productos de Coca Cola Company en la Argentina.
A pesar del retroceso en las ventas, la fuente empresarial consultada por iProfesional indicó que en general se trata de un fenómeno recesivo “que esperamos sea pasajero porque inclusive hay otras plantas de Coca Cola que han decidido importantes inversiones como la embotelladora andina en Mendoza”.
Coca Cola Andina puso nuevamente en funcionamiento sus instalaciones industriales en la localidad mendocina de Godoy Cruz.
Adquirió una nueva línea de producción (US$ 30 millones) a través del Régimen de Importación de Bienes Integrantes de Grandes Proyectos de Inversión, un incentivo del gobierno, que les permite a las empresas sumar maquinaria sin pagar derechos aduaneros, y que es gestionado por la Secretaría de Comercio.
Segundas marcas
Sin embargo, la preocupación por la elección de los consumidores de segundas marcas cola está llevando a la filial local de la multinacional a analizar un nuevo producto, además del tradicional 2×1 y otras promociones para intentar frenar la caída.
Para las marcas de consumo masivo, esta práctica no es novedosa para la Argentina. Usualmente, las primeras marcas implementan estrategias para aumentar y, en casos de severa crisis económica como la actual, mantener su participación en el mercado.
Para ello, lanzan productos bajo marcas secundarias para intentar conservar al público que tiene los bolsillos agotados de pagar tantas cuentas con aumentos.
Pero, más allá de los posibles planes para retener consumidores, la medida principal ha sido comenzar a rematar productos que están a punto de vencer.