Cuando nos ponemos en la cabeza que algo se termina, suelen aparecer finales catastróficos, con colores oscuros, olores nauseabundos, todo se pudrió y se terminó.
Sin embargo, puede pasar que se termine la salud como fenómeno de defensa, para responder al virus, bacteria o desequilibrio que nos mueve de un lugar incómodo al fin.
Puede ser también que lleguemos a lugares inciertos, poco seguros, incómodos, pero que fue allí donde dejamos cosas pendientes, gente esperando, indefiniciones eternas.
Lo cierto es que llegar a un lugar, que todo confluya para que lleguemos, digamos, que nos encontremos, tal vez sea, como se dice en biología porque tres o más factores conducen un mismo fenómeno, porque tres o más elementos favorecen un evento.
Cuando comprendemos, aceptamos, observamos y reflexionamos, muchas veces nos damos cuenta que los desenlaces no son otra cosa que la confluencia determinante de la suma de hechos que muchas veces, sin pensar ni meditar, nos llevan a un punto definitivo, definitorio, un punto que no es más que eso, un punto final.
El drama o la paz que resignifica un evento tiene que ver con el grado de maduración que posee el ojo, el corazón y la mente del observador. Como cuando una abeja encuentra una flor y se produce la polinización, es necesario considerar que ese hecho fortuito tuvo inicio tal vez un año antes, para que finalmente se desaten los procesos que permiten, tomar miel, germinar una semilla, revegetar un espacio nuevo, cortar una flor.
La flor que recibimos de mano de un ser amado, o por el contrario, arrancarnos de la piel el aguijón de esa abeja que naciendo un mes antes saliera a colectar el néctar y el polen que pudiera formar parte de su colmena. Y una colmena que con su zumbido alerte a tropillas de caballos silvestres en algún lugar de la tierra.
Somos porque estamos, ahí donde estamos, es necesario habitar. Ecosanación pide que habites tu cuerpo, tu tierra, tus dolores y tus alegrías con respeto, paciencia y contemplación, pide que en soledad y en grupos contraigas la responsabilidad, el matrimonio con el hombre y la mujer que habitan nuestro cuerpo.
Revolución, interna, en silencio y en paz. Así también es la Ecosanación.
Anahí Fleck
Magister en Neuropsicología. 0376-154-385152