UNICEF realizó en la víspera la presentación de los estudios de Pobreza, presupuesto y suficiencia del sistema de protección de ingresos en la Argentina, que refleja la situación de niñez y adolescencia, donde la indigencia en ese rango etario aumentó al 14,3% en el primer semestre de 2023, lo que equivale a 1,8 millones de chicas y chicos, 250 mil más en comparación a 2022.
A ello se agrega que el escenario se habría agudizado hacia finales del año pasado hasta alcanzar al 19,4% de la población infantil, sumando 630 mil chicas y chicos más que viven en hogares que no cubren la canasta básica de alimentos.
Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social y Monitoreo de UNICEF Argentina, fue quien presentó el informe y dijo que “si miramos la tendencia desde 2016 al 2023 se sumaron casi 1.200.000 chicos a la pobreza, por lo cual esto me parece que, en términos de tendencia, es el dato relevante. La preocupación o el llamado, la alerta que uno hace en estas situaciones es el valor de 14,3%, que es la indigencia, que es la pobreza extrema, es esto que se define como hogares que no cubren una canasta básica alimentaria. La estimación que estamos haciendo a finales de 2023 nos está mostrando por primera vez un incremento muy importante en los niveles de indigencia, aumenta 5 puntos aproximadamente, son 634.000 niños y niñas que se suman a la indigencia. Y estos están obviamente en estos 7 millones de chicos y chicas que están hoy por hoy en situación de pobreza”.
Agregó que “la explicación de esto tiene que ver con cuestiones que ustedes ya saben, vinculadas al estancamiento económico, a la situación sanitaria, a la situación del mercado de trabajo, a que las canastas básicas están aumentando en mayor proporción que los índices de precios en general y que los salarios, tanto de los trabajadores registrados y fundamentalmente de los trabajadores no registrados”.
Pobreza monteraria
En tanto, la pobreza monetaria afecta al 57,0% de niñas y niños, lo que equivale a 7,1 millones de chicas y chicos, algunos de ellos se encuentran incluso en situaciones de mayor vulnerabilidad: la pobreza se eleva cuando los referentes del hogar tienen muy bajo clima educativo (83%), en los casos de hogares monomarentales (68%) o cuando residen en barrios populares (84%).
En este contexto, el presupuesto nacional destinado a niñez muestra, al día de hoy, una caída del 75% en términos reales, según los tres informes presentados por UNICEF basados en cifras oficiales que abordan la pobreza monetaria y las privaciones vinculadas a derechos en niñas y niños; el presupuesto destinado a la infancia; y la suficiencia de las políticas de protección de ingresos.
“De mantenerse las tendencias actuales, la prevalencia de la pobreza monetaria en la niñez y la adolescencia para el primer trimestre de 2024 alcanzaría valores en torno al 70%, mientras que la indigencia llegaría al 34%, con repercusiones en el bienestar actual y de largo plazo”, sostuvo.
Otra de las referencias marcadas por el especialista en Inclusión Social y Monitoreo de UNICEF Argentina es que “el 69% de las chicas y de los chicos en Argentina, experimentan carencias, ya sean monetarias o de privaciones del ejercicio de algunos de los derechos que podemos medir a través de las fuentes de información, que son oficiales a través de la encuesta permanente de hogares”.
Iniciativas y presupuestos sin ejecutar y otros muy elevados
Luisa Brumana, Representante de UNICEF Argentina, señaló que “la implementación de políticas nacionales claves para la infancia presenta signos de alerta en lo que va de 2024. Por un lado, se registra un número importante de iniciativas que muestran niveles de ejecución nulos o casi nulos (fortalecimiento edilicio de jardines de infantes, Plan Nacional de Primera Infancia, entre otros)”.
Remarcó que “la Asignación Universal por Hijo –AUH- y la Prestación Alimentar muestran niveles de ejecución elevados para el momento del año debido a que los montos previstos en el presupuesto actual –prorrogado de 2023- no son suficientes para hacer frente a las necesidades de financiamiento que se requieren para dar cobertura a las familias a lo largo de todo el año. Las políticas de protección de ingresos resultan centrales para mitigar los niveles de pobreza: sin estos programas alrededor de 270 mil niñas y niños más vivirían en la pobreza y más de 1 millón pasarían a ser indigentes”.
Recordó que “a partir del mandato que tenemos como agencia de Naciones Unidas, con el mandato de velar para los derechos del niño y de los adolescentes, tenemos como parte de una estrategia la generación de evidencia para la toma de decisiones de política pública basada en evidencia. Entonces, en ese sentido, desde muchos años, pero en particular en esta serie de pobreza desde 2016, estamos monitoreando la situación de la niñez”.
Agregó que “la idea de esto, obviamente, es que se entienda la situación, que se presenten de nuestro lado algunas propuestas para el Estado, para los gobiernos y que a partir de ahí, esperemos, si hay situaciones que generan preocupación, se pueda tener en cuenta en la toma de decisiones. Buscamos hacer un análisis de un tren, de una evolución del estado de la pobreza, no es solo hoy, tenemos estados comparados en los últimos años”.
Modificar la carga de la AUH
Sebastián Waisgrais sostuvo que “4.300.000 chicos reciben el 80% de la prestación de AUH, pero el 20% lo recibe una vez que se certifica la condicionalidad en educación y en salud. El problema es que después de un año, con estos niveles de inflación que tenemos, ese 20% representa muy poquito”.
Agregó que “eso debe mejorarse, hay diferentes fórmulas, una, por ejemplo, que sea que la certificación se la haga de forma automática, que circule más información. Invertir la carga de la prueba, que no la tengan las madres que tengan que estar llevando la libreta, sino que justamente la Administración Nacional de Seguridad Social pueda certificar con las provincias la matrícula educativa y de esta forma poder revertir que este 20% tenga muy poquito valor en un año de distancia”.