A pesar de que la caída del consumo repercutió en la baja de los precios de la carne durante enero, en febrero volvió a subir un 10%. El incremento se dio en tres tramos y corresponde a múltiples factores, la mayoría relacionados a las haciendas distribuidoras.
Desde los frigoríficos atribuyen este aumento en los mercados nacionales que regulan el precio en todo el país. “Hay cosas que me desconciertan, hasta dudo de la legitimidad del MAG, que es el Mercado Agro Ganadero de Buenos Aires. Ahí hay mucho manejo adentro y no son de mi confianza”, explicó el asesor de la Cooperativa Virgen de Fátima, Gabriel Vidal Rodríguez, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
“Si vos tenés una inflación de más del 20% en tu economía, es indudable que tarde o temprano, esa inflación se va a trasladar a los precios de la carne, no hay forma, sino se van a fundir los productores”, agregó Vidal.
En esa línea, responsabilizó en parte a las políticas impulsadas por el Gobierno nacional. “No nos tiene que extrañar para nada que sucedan estas cosas. Al haber libre mercado, el que tiene el producto va a elegir entre vender al mercado interno o venderlo afuera”, aseveró.
Subas y bajas
El pico más alto de los precios de la carne se registró en diciembre del 2023, cuando los valores tuvieron un incremento aproximado del 60%. En enero hubo una baja de entre un 30% a 40% por la caída del consumo y en febrero volvió a tener un aumento que, en este caso, fue escalonado durante el mes.
“El primero fue del 3%, luego del 4% y así hasta llegar al 10% a final del mes”, explicó a este diario el propietario del Palacio de la Carne, Hugo Metrechen.
“Lo que pasa es que aumenta la hacienda, a veces dicen que es por la lluvia; otras veces aseguran que es por la sequía y también los costos operativos. Estamos hablando siempre lo que es hacienda en pie”, agregó.
El empresario señaló que, los incrementos primero se dan en los mercados bonaerenses y luego repercuten, unos diez o quince días más tarde, en la provincia.
Sin subsidios de energía
Desde el sector están expectantes ante otro incremento en los precios durante este mes debido a la eliminación de los subsidios a las tarifas de energía, algo que repercutirá en los costos operativas, tanto de frigoríficos, como de las carnicerías.
“Esos aumentos todavía no se reflejaron en nuestro rubro, pero seguramente impactarán por el consumo de las cámaras de los frigoríficos, las sierras, todo esto significará un incremento en los costos operativos”, aseguró.
Cambio de hábitos
Los elevados costos empujaron a los consumidores también a cambiar sus hábitos y buscar alternativas más económicas, comprar en menores volúmenes y cortes que resulten más rendidores.
“En febrero se sintió más el cambio de hábitos en varios cortes. La gente ahora busca, siempre está comprando lo justo y necesario, la oferta diaria, con los bancos, sacando esos puntos de diferencia a favor del cliente, las bonificaciones”, señaló Metrechen.
Eso significó también una caída de las ventas, cercana a los 40 puntos porcentuales en todos los cortes.
“Hoy la gente opta, por ejemplo, en lugar de hacer un asado, por hacer un osobuco al disco, una picaña a la parrilla, tapa de asado. Son cortes parrilleros y mucho más económicos que una costilla de primera”, cerró el empresario de la carne.
El cerdo y el pollo también
Además de la carne vacuna, la carne de cerdo y pollo también sufrieron incrementos en el último mes. Mientras la carne porcina tuvo un aumento del 15% (unos cinco puntos más que la carne vacuna), el pollo subió alrededor de un 40%, durante el mismo período.
Estos aumentos responden a una apertura a las importaciones, baja en la producción y un incremento del maíz, que se utiliza para limentar a estos animales.
No obstante, empresarios almaceneros advierten que el pollo ya alcanzó su pico máximo y en los próximos días debería empezar a bajar sus precios paulatinamente.