Practica el silencio cuando quieras dar consejos y nadie te los ha pedido. Hay un momento para recibir un consejo, y si es dado sin que lo pidan, no será recibido de la mejor manera o no será comprendido.
Practica el silencio cuando quieras responder a una ofensa, aunque sientas que estallas por dentro, siempre encontrarás una mejor forma de decirlo, cuando las emociones se hayan tranquilizado.
Practica el silencio cuando no sepas que responder, recuerda que somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio.
Practica el silencio cuando estés tentada a hablar para que no haya espacios vacíos, a veces son estos los espacios que propician oportunidades para que el otro hable o muestre sus sentimientos.
Practica el silencio cuando estés confundido, suele ser muy útil, tomar un papel y escribir en silencio todo aquello que sentimos, recuerda, todas las respuestas están dentro nuestro y es en el silencio y no en el ruido, donde las escuchamos.
Practica el silencio cuando estás perdiendo y cuando estás ganando, no ayuda en nada quejarte o maldecir así como tampoco vanagloriarse, todo es un constante vaivén, a veces se está arriba y a veces abajo.
Practica el silencio para poder tener encuentros con uno mismo lejos del ruido y de las influencias, donde puedas preguntarte si estás eligiendo cada momento, cada persona que forman parte de tu vida.
Practica el silencio en una comunicación, favorece la atención de todo lo que digas luego.
Practica el silencio en una negociación, porque muestra tranquilidad, permite evaluar las mejores alternativas y refleja respeto por uno mismo por darse el tiempo necesario para hacerlo.
Practica el silencio cuando alguien te esté contando algo, no interrumpas, escucha hasta el final, esto es respeto y amor hacia el otro, te ayuda a comprenderlo mejor y también le ayuda al otro, que al escucharse muchas veces halla las respuestas que buscaba.
El silencio hace que las palabras cobren del doble de su valor, si cada vez que hablamos lo hacemos para aportar valor, demostrar amor, compartir un conocimiento, cada palabra se vuelve más importante y el mensaje llega con mayor potencia.
Como expresa el proverbio hindú: “Habla cuando tus palabras sean mejores que el silencio”.
Natalia Moyano
Contadora con
corazón de escritora
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