Mientras que el Ministerio de Economía de la Nación avanza con un incremento que alcanzaría al 200% en las tarifas de energía eléctrica después del verano, en un acuerdo de metas con el FMI, las facturas de los servicios básicos (agua y luz) siguen subiendo mes a mes en Misiones.
Una familia de tres o cuatro integrantes, debe disponer de cerca del 15% de un salario promedio de la tierra colorada para pagarlos. Según la estadística del Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC), en el primer trimestre de 2023 había un ingreso promedio de $292.484 en Posadas, lugar donde se realiza la medición. Pero, si se obtiene el básico, el Salario Mínimo Vital y Móvil en Argentina hasta diciembre 2023, para trabajadores mensualizados, era y sigue siendo de $156.000 (brutos) ya que no se concretó la convocatoria al Consejo del Salario prevista para enero de 2024.
Eso significa que un cuarto del ingreso básico debería destinarse solamente para ambos servicios.
En algunas facturas a las que accedió PRIMERA EDICIÓN, una casa de Posadas con cuatro integrantes que consumió 712 kw deberá pagarle a EMSA alrededor de $30.000. Otra vivienda con cuatro miembros que consumieron 661 kw pagará en febrero $20.508 (con subsidio de $34.143).
En el caso del agua potable de SAMSA, la primera vivienda pagó algo más de $10.000 (no tiene pileta y no se lava el auto en el lugar, se ocupa para baño, aseo personal, lavado de ropa y limpieza). La segunda casa pagó $22.447 por 31 metros cúbicos que se ocuparon para lo habitual y mantenimiento de una pileta de lona.
En varias localidades con cooperativas eléctricas como distribuidores de ambos servicios, los valores son superiores. Es que, además de las cuotas de servicio, suelen tener incluidos otros ítems como alumbrado público y servicio de sepelio, entre los cargos facturados.
Una realidad muy diferente, por el mayor costo, es mantener la energía eléctrica en zonas rurales.
“Una locura”
“La luz es otro servicio indispensable, como el agua y mucho más en verano en una provincia como la nuestra donde no afloja el calor; pero igual nos mandaron boletazos por encima del 60%. Yo pagué $4.000 en diciembre y ahora me llegó una boleta por $10.000. Es una locura todo”, acotó el hombre.
Asunción Vera, una vecina de Itaembé Guazú a cargo de una hija y tres nietos, cuestionó: “Las subas se vienen sintiendo mes a mes, para tener una idea en noviembre yo pagaba un promedio de $6.000 de luz que al mes siguiente se duplicó; la boleta de ahora tuve que pagar más de $24.000 y así viene saltando al doble o casi el doble. El Gobierno y las empresas te dicen que raciones el uso, pero hay noches que no se puede ni respirar del calor. ¿Qué pretenden que hagamos? O lo que es peor: ¿cómo tiene que ajustarse un hogar con familiares enfermos, que están atravesando por ejemplo dengue, con fiebre alta todo el tiempo y cuya recuperación es muy lenta? Nos hacen la vida insostenible”, cuestionó la mujer.
“Este mes, entre agua y luz pagué $20.000, no estoy muchas horas en mi departamento por trabajo lo mismo que mi esposa. Somos dos, que no estamos en todo el día y gastamos esto, que es más del 10% de mi sueldo ¿Cómo hace para vivir una familia numerosa entonces?”, se preguntó en tanto Marcos Duarte, empleado estatal con un contrato sin relación y una baja categoría.
Ingresos achatados
“El ingreso de los consumidores y del resto de los afectados por la suba de tarifas, como las PyME, cooperativas, empresas, el comercio barrial o los clubes de barrio no estamos más para que siga habiendo aumentos; sin embargo el Gobierno tiene previsto avanzar con una reducción de los subsidios a la energía. Ayer leí que dentro de las medidas del Gobierno de (Javier) Milei propuestas al FMI incluyeron las reducciones en los subsidios energéticos superiores al 200% a partir de febrero. Estamos todos locos”, comentó Raquel Acevedo, una comerciante de barrio con evidente enojo por los tarifazos que calificó de “inaguantable para cualquiera”.
Cabe señalar que la gran suba todavía no impactó (en la gran mayoría de los cortes de las boletas que se están entregando estos días van hasta el 9 de enero) por lo tanto los consumos eléctricos realmente caros se percibirán a partir de la facturación del segundo mes del año, cuando habrá nuevas subas en tres componentes de la factura de luz: distribución, transporte y generación, para cumplir con su objetivo de “recomposición tarifaria”, que afirma está atrasada y que por el momento no está siendo acompañada con una “recomposición de ingresos” para los trabajadores.
Lo que se está pagando ahora se deduce de la suma del aumento en el valor de la energía eléctrica de EMSA y de las cooperativas, que se elevó a un 50% hasta marzo próximo, antes que la Nación resuelva qué hacer con los subsidios; y también por un mayor consumo de energía, habitual en los meses de calor.
Más allá de todo eso, sigue habiendo incertidumbre sobre cómo van a quedar las tarifas sin subsidio, una vez que se avance en su eliminación y tampoco se sabe de qué manera se va a compensar a las familias de ingresos bajos, quienes no tienen posibilidades de pagar facturas de luz con la tarifa plana.
“Ya hay morosidad en los pagos de servicios por las altas tarifas y todo esto nos puede llevar a un aumento de casos de consumo clandestino”, aseguró a este matutino una fuente vinculada a la empresa Energía de Misiones.