La hipomanía es uno de los signos diagnósticos del trastorno bipolar tipo II y el trastorno ciclotímico, alteraciones del estado de ánimo, junto al trastorno depresivo mayor y la distimia.
Describe un estado mental similar a la manía pero cuyos síntomas son menos pronunciados.
En el caso de la manía, la persona afectada tiene graves problemas para llevar a cabo una rutina normal. Por el contrario, la hipomanía puede llegar a ser bastante molesta, pero no impide ser funcional en el día a día.
Sus principales características son una elevación del estado de ánimo, desinhibición y en la mayoría de los casos también una mayor facilidad para irritarse.
Síntomas de la hipomanía
Aumento de la autoestima
El principal indicio de que una persona puede estar sufriendo un episodio de hipomanía es que su confianza en sí misma aumente de forma apreciable. Cuando alguien está pasando por este proceso, tenderá a creerse invencible y mejor que los demás.
Esto puede llevar a los afectados a llevar a cabo conductas de riesgo, y a molestar a las personas con las que interactúe, debido a que tienden a mostrar grandes cantidades de arrogancia.
Menor necesidad de sueño
Normalmente, una persona necesita dormir entre 7 y 9 horas para sentirse totalmente descansada. Sin embargo, durante un episodio de hipomanía, los afectados sienten que tan solo tienen que dormir durante aproximadamente 3 o 4 horas para recargar su energía.
Aumento de la locuacidad
Uno de los efectos secundarios del aumento de la energía en las personas con hipomanía es que también crece su necesidad de hablar. Por lo tanto, tenderá a ser mucho más locuaz que de costumbre.
Pensamientos acelerados
El aumento de energía también se traduce en ocasiones en la experiencia subjetiva de los individuos de que su mente va más rápido de lo habitual.
Esto puede traducirse en un atropellamiento entre los pensamientos, la incapacidad para expresar todo lo que pasa por la cabeza, o cierto agobio debido a la velocidad de la actividad cerebral.
Mayor número de acciones centradas en metas
Uno de los pocos beneficios de la hipomanía es que las personas afectadas por este trastorno tienden a concentrarse mucho mejor en sus metas y objetivos. Por ello, durante este periodo es posible que avancen significativamente en el camino para alcanzar lo que se proponen.
Aumento del hedonismo
Por ejemplo, alguien en medio de un episodio hipomaníaco podría tener sexo en situaciones de riesgo, ingerir comida poco saludable, abusar de sustancias como drogas y alcohol, o apostar en exceso.
Qué causa la hipomanía
Los investigadores no han encontrado una sola causa que lleve a una persona a entrar en una fase de hipomanía. Por el contrario, en general suelen aparecer varios factores que afectan al individuo y le llevan a sufrir este trastorno del estado de ánimo.
Por lo general, se considera que hay tres tipos de factores que pueden influir en la aparición de un trastorno hipomaníaco: ambientales, genéticos y biológicos.
Entre los factores ambientales se suelen contar un alto nivel de estrés, la falta de sueño prolongada, la aparición de un cambio significativo en la vida (como una ruptura o el nacimiento de un hijo) o ser víctima de actos violentos.
En cuanto a los factores genéticos, se ha comprobado que los trastornos del estado de ánimo suelen tener una cierta parte hereditaria. Se cree que puede tener que ver con una química cerebral alterada, que estaría presente desde el nacimiento.
También existen varios tipos de fármacos que pueden desencadenar episodios hipomaníacos, así como algunas drogas, como el alcohol y otras sustancias.
¿Cómo se trata la hipomanía?
Por lo general, el enfoque para tratar la hipomanía se centra en varios frentes. Entre otras cosas, los especialistas tenderán a prescribir tratamiento farmacológico combinado con terapia psicológica. Se ha demostrado que ciertas técnicas psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual, pueden ser muy útiles para ayudar a los pacientes con hipomanía a gestionar los síntomas que sufren.
Fuentes: Ansiedad Málaga / eepsicologia.com