El regreso del COVID a contagios en cantidad importante, sumados a los casos de dengue, zika y chikungunya, volvieron a tensar los servicios de salud en Misiones, especialmente en el sector público adonde más personas concurren por la gratuidad.
Como se dijo desde hace tiempo, son cada vez más los trabajadores que optan por los CAPS o nosocomios para atenderse por las falencias de las obras sociales y el éxodo de las prepagas.
No ocurre solo en Misiones. En otras provincias como en los países limítrofes se vienen dando casos de personas contagiadas con dengue y COVID paralelamente. El hospital Garrahan de Buenos Aires, donde muchos niños y adolescentes de la tierra colorada son derivados para intervenciones quirúrgicas, diagnósticos y tratamientos, tuvo en la primera quincena de enero unos 87 casos de COVID.
Aunque las estadísticas no muestran nunca el 100% de la realidad, especialmente por la falta de confirmación por laboratorio de muchos casos sospechosos; vuelve a ser demasiado “común” tener a un familiar, conocido o a uno mismo como paciente con un arbovirus o coronavirus, en particular con las nuevas variantes.
Frente a esta situación, lamentablemente la gestión nacional de la pandemia que tanto daño económico, social y psicológico generó en muchas personas el negacionismo, como se niega el cambio climático o el daño ambiental.
Por lo tanto, se vuelve más alarmante la situación porque serán cada vez menos los que se cuiden y estos males sanitarios se propagarán más.