En la travesía de la vida, a menudo nos encontramos aferrados a situaciones, personas o patrones de pensamiento que nos causan daño. A veces, lo más difícil no es enfrentar lo desconocido, sino soltar lo que nos hace daño, incluso cuando proviene de aquellos a quienes amamos. En este artículo, exploraremos el valioso acto de liberarse y proporcionaremos consejos prácticos para realizar un ejercicio de cortes, permitiéndonos así avanzar hacia una vida más plena y saludable.
El peso de lo familiar: soltar a quienes amamos
Es natural buscar la conexión y la cercanía con quienes amamos, pero en ocasiones, esas relaciones pueden convertirse en fuentes de dolor. Ya sea por dinámicas tóxicas, expectativas no cumplidas o simplemente por la evolución personal, llega un momento en el que soltar se vuelve esencial para el propio bienestar. Desde que nacemos vamos teniendo vivencias que moldean nuestro subconsciente y se quedan allí de manera casi anónima para dar vida luego (cuando tenemos conciencia) a situaciones, sucesos y relaciones que están basadas en esas primeras y motorizantes experiencias.
Nada es casual. Solo vamos repitiendo los patrones en nuestra vida sobre aquello que hemos conocido en profundidad desde el momento de la concepción y hasta aproximadamente los 6 años de vida. Desde ese momento ya tenemos formado una red de patrones de pensamiento que generan nuestras experiencias cotidianas. Lo que vamos haciendo es generar una y otra vez una red de situaciones que harán más fuerte aquellos que ya tenemos enclavado en nuestra mente subconsciente.
El peso de lo familiar: soltar a quienes amamos
En el tejido intrincado de las relaciones familiares, a menudo encontramos una conexión arraigada por la sangre, la historia compartida y las expectativas construidas a lo largo del tiempo. La familia, como núcleo fundamental de nuestra existencia, puede ser una fuente inagotable de amor y apoyo, pero también puede convertirse en un terreno fértil para patrones tóxicos o dinámicas dañinas.
Soltar a quienes amamos dentro del ámbito familiar no implica necesariamente renunciar a la relación sino más bien desapegarse emocionalmente de patrones negativos que pueden generar un impacto perjudicial en nuestro bienestar mental, emocional y espiritual.
Lo que hace falta siempre es comenzar a pensar que, si no estoy siendo feliz y viviendo en paz, no son estas las experiencias que deben estar en mi vida.
Lo que primero debemos hacer es “darnos cuenta”, y muchas veces no podemos porque ya hemos nacido y vivido en la experiencia de la herida.
Nelson Oscar Gómez
Sanador Pránico
Tel. 3725440291