Llegan las vacaciones y por ende, los niños y jóvenes tienen más tiempo libre. Conocer estos efectos y las secuelas psicológicas que genera el consumo de pornografía es de suma importancia, pues ayudará a los padres a crear un ambiente sano durante las vacaciones.
Los chistes con contenido sexual a través del WhatsApp, fotografías muy explícitas a través de Instagram, dibujos animados japoneses para adultos en Netflix, las fórmulas por las que los menores acceden a la pornografía son muchas y diversas.
Como dijo el escritor Oscar Wilde: “se puede resistir todo en la vida excepto la tentación”. Quizás por eso y porque la adolescencia es la época de la curiosidad, muchos preadolescentes empiezan a consumir pornografía sin saber cómo puede afectarles psicológicamente.
Datos de investigaciones científicas informan que la edad promedio en que una persona consume pornografía por primera vez es entre los 8 y 12 años.
La oferta de pornografía desde la llegada de Internet y sus consumidores se incrementan cada año. Pero por la facilidad de acceso que tienen estas páginas en la web también llegan a niños y adolescentes que terminan consumiendo contenidos no recomendados para su edad.
Este consumo puede fomentar conductas sexuales de riesgo afectando a su percepción sobre el sexo y los roles de género, y puede estar asociado con aspectos como permisividad sexual, agresividad, violencia, coerción sexual y victimización.
Los menores disponen de un acceso ilimitado a múltiples y variados contenidos pornográficos. Sin embargo, debido a la etapa evolutiva en la que se encuentran, caracterizada, entre otros aspectos, por un cerebro aún en desarrollo, les resulta más dificultoso diferenciar entre realidad y ficción.
También se observa que los más jóvenes copian las conductas sexuales que visualizan en los materiales sexualmente explícitos y los consideran una potente herramienta de educación sexual.
Consecuencias negativas:
La realidad científica evidencia un incremento exponencial de investigaciones que evalúan la asociación entre el uso de pornografía y múltiples consecuencias negativas.
Existe cada vez más evidencia empírica que muestra una clara asociación entre el uso de pornografía y el uso problemático de pornografía. Aquellos adolescentes que consumen pornografía con más frecuencia presentan una mayor probabilidad de acabar reportando uso problemático de pornografía con consecuencias negativas para su vida sexual, sus relaciones personales y su bienestar, y es más probable que refieran sintomatología depresiva y un mayor interés sexual.
Los adolescentes que consumen pornografía de manera regular presentan una mayor propensión a mostrar actitudes de género negativas, y cuando perciben los materiales pornográficos como una herramienta de educación sexual muestran una mayor tendencia a percibir el sexo como un mero instrumento para la gratificación sexual. El consumo repetido de pornografía puede alterar centros cerebrales relacionados con el placer, la motivación, la empatía, la toma decisiones y el aprendizaje y puede afectar de muchas maneras a los adolescentes.
Efectos que produce la pornografía entre los menores
Genera adicción: puede llevar a perder el control sobre la conducta, y los adolescentes pueden tener problemas en el ámbito personal, relacional, familiar y académico.
Fomenta una visión agresiva: cuanto mayor es el consumo de pornografía mayor probabilidad de agresión o coerción sexual existe.
Representación ficticia y reduccionista de la sexualidad: la pornografía hace que el adolescente no incorpore un modelo de sexualidad saludable y le produce unas expectativas irreales que pueden llevarlo a sufrir frustración.
Es importante que como padres podamos educar a los niños en la sexualidad desde la familia como principal núcleo de desarrollo y especialmente en edades más tempranas, pero siempre, adaptando el contenido. En líneas generales, se les debe explicar que “el porno es una representación ficticia de la realidad en la que se omiten el consentimiento, la confianza y el respeto hacia los demás”.
Cecilia Castillo
Lic. en Psicología
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