De cada 10 bebés nacidos, 1 es prematuro, y cada 40 segundos muere 1 de ellos, de acuerdo a las cifras relevadas durante la última década por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En el marco de la Semana Provincial del Prematuro, en conmemoración del Día Mundial del Niño Prematuro que se cumple este 17 de noviembre, se celebró en Posadas el Encuentro internacional de Prematurez, actividad desarrollada en conjunto entre el Ministerio de Salud de Misiones y la Fundación Pequeños Gigantes.
Participaron representantes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), del Hospital Garrahan y de fundaciones y organizaciones de otros países como México, Nicaragua, Paraguay, Brasil y Costa Rica. El objetivo del encuentro fue compartir experiencias y buenas prácticas en el abordaje de la prematurez, así como establecer qué es lo que necesitan de Misiones para continuar avanzando con su trabajo.
Uno de los disertantes de la jornada fue el asesor regional en Salud Perinatal por la Organización Panamericana de la Salud para las Américas, Pablo Durán, quien explicó a PRIMERA EDICIÓN que “el abordaje principal es el de los derechos de todo recién nacido a la vida, a la salud, a la atención”.
“Sabemos que los bebés prematuros tienen de por sí muchas situaciones que requieren cuidados especiales y no siempre pueden gozar de esos derechos”, advirtió.
En este sentido, apuntó que “el compromiso y el trabajo es favorecer y asegurar el ejercicio de esos derechos en cada recién nacido y en sus familias, dando cuidado de calidad y oportuno, previniendo la prematuridad pero también todas las complicaciones que de otras maneras van a afectar su salud, su desarrollo, su educabilidad y su inserción laboral”.
En este contexto, señaló que en materia de políticas públicas de salud en favor de los bebés prematuros “se avanzó mucho”.
“La sobrevida hoy es mucho más alta que años y décadas anteriores, pero el gran desafío es dar seguimiento no solo hasta el momento del alta hospitalaria sino durante la infancia y la adolescencia para prevenir, cuidar y recuperar todas aquellas situaciones que puedan afectar a los niños y su desarrollo”, apuntó.
Y agregó que “aproximadamente 1 de cada 10 recién nacidos nace de manera prematura y de ellos hay una proporción importante que son lo que llamamos prematuros moderados o severos”.
“Ellos están expuestos a complicaciones muchas veces severas, como afectación de la capacidad visual auditiva del neurodesarrollo, entonces ellos son aquellos a quienes debemos dirigir los mayores cuidados y esfuerzos”, destacó.
A su turno, la pediatra, neonatóloga y seguimientóloga de la Asociación Latinoamericana de Seguimiento Pediátrico y Neonatal (ALSEPNEO), Lidia Giudici, dijo que este encuentro apunta a políticas públicas que visibilicen al niño y la niña de alto riesgo y sus familias.
“Realmente ver que se puede es sumamente conmovedor y realmente muy importante para nosotros, nos sentimos honrados de haber sido convocados a participar”.
A todo esto, señaló que “el principal desafío en materia de prematurez es primero la visibilización, segundo convencer a los decisores políticos que tienen que formarse equipos, que hay que privilegiar el seguimiento del recién nacido de alto riesgo y su familia porque por ahí es el camino”.
“Tenemos que anticiparnos a los problemas que sabemos que pueden existir, pero que también con capacitación, con equipo, con las familias podemos anticiparnos y proveer los servicios necesarios para lograr una mejor calidad de vida, para todos esos niños y para sus familias e integrar educación y salud”, consideró.
Observó además que a nivel nacional “no se ha avanzado todo lo que se debiera avanzar, por ejemplo la ley de 1.000 Días es un buen emprendimiento, pero no alcanza casi para ningún niño, mucho menos para los niños de alto riesgo porque el poco tiempo que abarca debiera extenderse mucho más, eso debe ser el piso de una política pública, pero jamás el techo”, opinó.