Todas las líneas de colectivos del Grupo Z, que forman parte del Sistema Integrado Metropolitano, trabajan con frecuencia reducida entre semana y posiblemente la medida se extienda hasta fin de año.
Según trascendió, la decisión se basó en la “escasez de combustible”, “cuestiones referidas con las elecciones” y otras “políticas internas del grupo”. Pero los perjudicados vuelven a ser los miles de pasajeros que no tienen alternativa para cumplir con sus actividades cotidianas. Aunque parezca una noticia antigua, es otro capítulo de una historia sin fin para el padecimiento generalizado.
“Los choferes estamos cansados de ligar los ‘palazos’ (por los reclamos verbales) por parte de los usuarios, porque el servicio está saliendo sin líneas de refuerzos y claro, son muchos los que quedan varados, porque esto no se comunicó a la gente. Se decidió de un día para el otro, sin previo aviso”, confesó a este Diario un trabajador del volante, quien por temor a represalias pidió la reserva de su identidad.
Lo que relató, y que sostienen en idénticos términos muchos de sus pares, también fue confirmado por distintos usuarios consultados por PRIMERA EDICIÓN, quienes hace aproximadamente dos semanas comenzaron a notar un acentuado cambio en los horarios y colectivos que utilizan habitualmente.
Como la medida se prolongó en el tiempo –sin que la empresa informe las razones por canales formales– comenzaron las consultas particulares y el reporte dado por algunos inspectores fue una “bomba”: la reducción sería hasta fin de año sin excepción.
“Me confirmó un vecino y más tarde mi hija, quien usa el colectivo para moverse a todos lados, que no se están cumpliendo con los horarios de días hábiles y que cuando pidió respuestas a la empresa sobre lo que pasa, le contaron desde allí que se está racionalizando el combustible”, fue el relato de un trabajador que se comunicó con este Diario.
Fundamentalmente se manifestó “preocupado por la falta de control estatal a un servicio que se encuentra concesionado y que debería estar bajo un régimen de inspección de calidad y cumplimiento, para que no pasen estas cosas”.
SUBE: más reclamos e inconvenientes
Otro problema crónico para la gente, que todavía conserva la tarjeta SUBE porque le permite pagar el boleto subsidiado, continúa siendo una “barrera de obstáculos” que los usuarios tienen que superar a diario para cargar crédito.
En ese sentido, el problema es doble: cada vez hay menos puntos de recarga y, los que siguen sosteniendo el servicio, no siempre tienen crédito. Pero, lo que le pasó a una usuaria, que ahora puede sonar peculiar, podría convertirse en un hecho taxativo, si la advertencia es real.
Concretamente el relato que la mujer compartió a este Diario ocurrió en los siguientes términos: “Fui a un kiosco ubicado cerca de la esquina de la Municipalidad (capitalina) para cargar la SUBE y otra vez no tenía crédito, en eso justo una señora le preguntó ¿Seguís sin SUBE? ‘Sí’, contestó la quiosquera porque ‘estamos en huelga’. Me miró y me explicó que ellos piden que aumente el margen de carga de la SUBE y, como su reclamo no logra el eco deseado ante la empresa, por el momento no brindan más la carga”, contó.
Prosiguió su relato con preocupación: “Más tarde subí al colectivo y cuando pagué con efectivo el chofer me sugirió que me baje la aplicación de billetera virtual para pagar y se me ocurrió decirle que esa billetera era un chiste de la empresa. El hombre me tiró: ‘te adelanto algo, la empresa va a sacar la tarjeta’”, dijo la joven dando a entender que esa aplicación se va a convertir en el único medio de pago si se llegara a cumplir el rumor, lo cual no sería descabellado, ante la negativa constante a emitir más plásticos.
Malestar de algunos trabajadores
En estos últimos días el malestar también se sintió entre los choferes del Grupo: la liquidación del sueldo a principios de esta semana llegó con importantes descuentos, en el menor de los casos habrían sido recortes de hasta $60 mil.
Siempre según el relato pormenorizado de los trabajadores afectados a este Diario, “la empresa nos sacó horas extras y francos trabajados y nos liquidó sueldos con la vieja escala salarial”.
Fue tan grande la incomodidad que habría sido unánime el reclamo ante sus representantes gremiales de donde habría salido el rumor de tomar medidas, pero el viernes a un grupo de choferes se les pagó la diferencia, sin importar el banco donde tienen la cuenta sueldo y a otros no.
De esa forma, el reclamo quedó dividido entre quienes cobraron y quienes no, por lo tanto se rompió toda unidad posible para un reclamo conjunto.