Lo que invierte el Estado nacional para investigaciones de universidades de provincias como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, no es lo mismo que lo que invierte para investigaciones de universidades periféricas, de provincias como Misiones, Chaco o Formosa. Por ende, los investigadores no tienen las mismas oportunidades de gestionar y visibilizar sus producciones.
Eso mismo busca demostrar, el proyecto “Asimetrías territoriales en capacidades científico tecnológicas”, un trabajo que tratará de visibilizar qué está investigando cada región del país, cuáles son los temas que más y menos se investigan, de dónde provienen los investigadores y cuál es su formación académica.
Así lo explicaron la doctora Belarmina Benítez, el magíster Luis Le Gall y la licenciada Máxima Benítez en su paso por PRIMERA EDICIÓN.
“Estamos trabajando en un proyecto que forma parte de un programa a nivel nacional llamado Programa de Investigación sobre la Sociedad Argentina Contemporánea. Si bien estamos en una fase muy inicial lo que estamos haciendo ahora es relevar qué se está investigando en la región del NEA, qué instituciones de investigación están trabajando, qué proyectos y qué programas hay disponibles y orientados hacia qué área y finalmente quiénes son los investigadores y qué formación tienen”, afirmó.
Luego, toda esa información, será unida con la información que recolecten los otros equipos provinciales (sobre lo que se investiga en las demás regiones) y se armará un mapa sobre todas las investigaciones que desprenden las universidades nacionales a nivel país, cuáles son los temas que más son investigados y qué temas faltan investigar.
Algo muy importante que, según Benítez, no solo servirá para demostrar la asimetría entre los recursos que se invierten para universidades centrales y “de prestigio”, a comparación de lo que se invierte para universidades periféricas; sino que también servirá de herramienta para quienes se inicien en el mundo de la investigación.
“El mapeo es algo que no existe a nivel nacional. Lo único que hay son algunas bases de datos, pero todos trabajos por separados, no se sabe cuál es el alcance de cada equipo. Es decir, se trabaja aisladamente entre provincias y entre universidades”, afirmó.
Es así que en total son doce nodos, o equipos de investigación, a nivel país, que en esta primera etapa harán un relevamiento de las investigaciones que circulan y se producen en sus respectivas regiones.
“En el caso del nodo UNaM somos siete personas, que formamos un equipo interdisciplinar que viene trabajando hace años en este tipo de investigaciones. Somos profesionales de diferentes áreas, de informática, bibliotecología y documentación, de educación, de gestión de políticas, de comunicación”, afirmó.
Asimetría entre las universidades centrales y periféricas
Una de las hipótesis subyacentes con la que trabaja el equipo del nodo UNaM, y los demás, es que existe una enorme asimetría entre la inversión que realiza el Estado nacional para investigaciones científicas de universidades como la UBA (que es céntrica y de enorme prestigio) y universidades periféricas.
Así lo explicó el investigador y magíster Luis Le Gall.
“Este trabajo tiene la característica principal de detectar las asimetrías regionales que existen en el país y que hacen que la producción del conocimiento, su circulación y visibilidad no sea pareja. Eso hace que a investigadores del interior del país les cueste gestionar con eficacia y hacer visibles las producciones”, afirmó.
Es así que la cartografía, aparte de poner sobre la mesa esa asimetría, busca que se federalicen la inversión y las políticas públicas destinadas a los investigadores.
A su vez, según lo explicaron, la asimetría no solo está presente en la densidad de investigaciones que producen el centro del país y la periferia, sino también, en otros puntos como la movilidad docente.
En ese punto mencionaron el caso de Misiones, que está en situada en un contexto fronterizo ideal para trabajar en conjunto con universidades de Paraguay y Brasil ya que se comparten temas de interés.
Sin embargo nada de eso ocurre, la movilidad docente y de investigadores es nula.
“Misiones inserta en frontera, presenta grandes dificultades porque no podemos integrarnos. Las acciones de investigación y de compartir lo que realmente nos afecta como sociedad, está dividido, no podemos integrarnos, siendo que deberíamos trabajar de forma conjunta con las universidades de Paraguay, del sur de Brasil. Entonces a lo mejor mostrando la realidad logremos que se puedan realizar”.