Siempre que haya una elección por delante, todo es posible, incluso la empatía de la dirigencia que durante años se negó a brindar alguna solución a los millones de inquilinos y propietarios del país.
Y si bien la modificación a la norma que se aprobó en la madrugada del miércoles dista mucho de ser un verdadero alivio, es de destacar que en menos de dos meses hubo respuesta legislativa a un drama que planteó el mismo poder estatal cuando, en junio de 2020, sancionó la ley 27.551.
En ese año se sentenció a cientos de miles de familias argentinas a destinar más de la mitad de sus ingresos a pagar una vivienda de alquiler. Al mismo tiempo, los propietarios también se sintieron desprotegidos y retiraron sus inmuebles de la oferta y el mercado se fue achicando se forma angustiante. Tres años transcurrieron sin que el Poder Legislativo pusiera remedio a su propio mal.
Pero en tiempo de elecciones todo es posible y así, en menos de cincuenta días desde la media sanción en Diputados que luego sería modificada en el Senado, la Cámara baja volvió a votar un proyecto de ley de Alquileres.
Pasadas las 5 de la madrugada del miércoles, en una votación que concluyó con 128 votos a favor del dictamen de mayoría, 114 votos en contra y cero abstenciones, hubo respuesta a tanto reclamo.
El texto aprobado mantiene en tres años el plazo de los contratos, con ajustes que podrán realizarse con la periodicidad que acuerden las partes y por intervalos no inferiores a seis meses. También establece como índice para la actualización del precio el coeficiente de “Casa Propia”, utilizado por el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat y algo más benévolo que el índice de actualización vigente (inflación+salarios).
Sigue estando lejos de ser una solución al drama de los alquileres, pero fue lo que salió entre el apuro y la necesidad por levantar el perfil de cara a las elecciones.