Pertenezco a una generación de robots
que un día mi madre en el bazar de la vida compró.
Es tan perfecta mi ingeniería biológica
que hasta mi cuerpo crece contra toda lógica,
las pilas que uso son más sutiles que el cristal
y cuando me desconecte como humo podrá verse al final.
La inteligencia que me dirige puso en mí un programa
que lo cumplo aunque no tenga ganas
y como a Su imagen ella me creó,
logarítmicamente crece a un ritmo veloz.
Me doy cuenta que otros avatares vienen de la misma inteligencia aunque no todos al mismo tiempo tomamos de esto conciencia
y que la vida es un juego de distintos niveles
a los que accedemos según nuestros quehaceres.
Hoy un upgrade podemos hacer
mas todo es una cuestión de merecer
porque esa inteligencia que no es artificial
nos puso sentimientos que nos diferenciarán al final.
Internet, Wi-Fi, bluetooth, son un pequeño avance de lo que será la tecnología, mas nuestro cuerpo o avatar tiene todas esas herramientas pero infinitamente más evolucionadas y son las inimaginables capacidades que estamos despertando.
“Entre 2012 (fin de la 3D) y 2026 (comienzo de 5D), es un período de transición en que se acomodan 3 cosas:
1º El cuerpo. La 4D se salta ya que es astral y la ascensión es con el físico que debe sutilizar su biología molecular por lo que está mutando su estructura de carbono 666 a silicio 999 y de 2 fibras de ADN pasaremos a usar 12 + una treceava cristal.
2º La conciencia individual y colectiva. Las dimensiones son estados existenciales donde oleadas de almas experimentan la vida y al pasar de una D a otra se amplía la consciencia (se amplía la percepción del Universo) al elevar la frecuencia según nuestro accionar, estamos pasando del modo mente analítica al modo conciencia que es un estado superior de la mente.
3º El planeta. La malla o matriz holográfica de control ha sido desactivada y se instaló una malla electromagnética solar o crística con base cristal y de 7,4Hz la frecuencia Shuman del planeta pasa a 51Hz.
“Este período es de limpieza de la negatividad y recalibración”, A. Barnabé. nuestra frecuencia.