Tiempo, temporada, momento son tres palabras que parecen similares, pero son muy diferentes.
Tiempo es una fecha: hoy, mañana, a tal hora. Temporada es un período mayor que agrupa sucesos parecidos, como la primavera o el otoño.
“Momento” tiene que ver con algo individual, un instante donde se une la fecha del calendario con un sentimiento por algún acontecimiento.
Mientras que tiempo y temporada son generales y fáciles de ver, el momento es algo interno, es cuando decimos “ahora”, ya sea para comenzar o terminar algo, para hablar o callar, irse o quedarse. Es esa voz tan fuerte que nos lleva a hacer algo y solo nosotros podemos oírla.
De las tres, la más importante es sin duda “momento”. Es clave para todo, se aplica en el trabajo, en lo personal, en los negocios, en todas las relaciones.
Muchas veces podemos ver que hallar el momento justo para hablar hace la diferencia, saber cuándo irse de una situación o cuándo quedarse, ahorra mucho tiempo y dolores innecesarios.
Para poder saber si es o no el momento, la clave es el silencio, es mirar para adentro, es buscar respuestas haciéndonos preguntas poderosas.
Todas las respuestas, aunque no las veamos, están dentro nuestro, pero no podemos oírlas por los ruidos del afuera, las presiones, lo que se supone que esperan de nosotros.
Sin embargo, nada de eso importa cuando de ser felices se trata. Solo importa escucharnos para interpretar nuestros “momentos” y entender que todo en la vida es movimiento y es cíclico.
Esto significa que un negocio que estuvo bien en un “momento” ahora ya puede no ir con nuestro estilo de vida, y por mucho que nos haya costado montarlo, es tiempo de hacer cambios.
Lo mismo ocurre con nuestra vida personal y nuestras relaciones, hay personas que están con nosotros toda la vida y otras por un período de tiempo, todas son importantes porque hemos compartido y aprendido, pero solo seguiremos con aquellas en las que nuestros “momentos” estén en sintonía.
Escucharnos es la clave, seguir nuestra voz interior y ante la duda, cerrar los ojos y preguntarnos ¿este camino me da paz?; la respuesta de cómo se siente nuestro cuerpo ante la pregunta, es todo lo que necesitamos para detectar nuestro momento.