Irina es la protagonista hoy, una hermosa mujer que con 49 años tiene mucho que contar. Mujer, madre, profesional de la música, profesora y tanto más. Su testimonio de vida es valioso, nos alienta y reconforta.
El año del cometa es el libro que presentó hace pocos días relatando, como un diario, el paso a paso por el transitar luego de enterarse que tenía cáncer de mama.
Llegó a mi consultorio preguntando específicamente sobre el tratamiento sobre metales pesados, quelación. Sus últimos análisis mostraban niveles altos de aluminio y buscaba realizarse el tratamiento específico.
Su historia nos habla de los desafíos que enfrentó, vivencias familiares y el autocuidado y la importancia de la prevención.
Tener un cuerpo cuidado es vital para la resolución de cualquier inconveniente que surja. Como todos los años se realizó el chequeo ginecológico donde apareció la imagen en la mamografía, que ella comparó con una cometa, de ahí el nombre de su libro.
Gracias a su buen estado general y al diagnóstico precoz hoy se encuentra muy bien, siguiendo tratamientos de desintoxicación y fortalecimiento vía oral y endovenosa.
Tomar la vida desde otra perspectiva, valorando y disfrutando otras cosas, no posponiendo, disfrutando cada minuto esta nueva oportunidad de cumplir sueños. El “por qué a mí” desapareció y el “para qué” le permitió cambiar su visión.
La prueba fue tomada muy a tiempo, fue atravesando cada paso y creciendo. Ella lo comenta con sus toques personales sobre la situación, desde lo que significó el grupo de contención. Aceptar y saber pedir ayuda es fundamental, pues lo que significó estar sola en una toma de biopsia y no dar importancia a quien pueda ir a buscar un analgésico, o mirar juntos una película, o tal vez un juego de mesa.
La importancia de la familia y si no la hubiere de los grupos de apoyo, de amigos, conocidos y hasta los propios compañeros de tratamientos.
El dinero y las necesidades básicas, cuándo decir basta y respetar las decisiones del paciente, que veía en sus compañeros de tratamiento; cuándo sumar el buen consejo del descanso y siempre realizar actividad física sumada a la buena alimentación como base de recuperación.
Los diferentes puntos de médicos tradicionales y los de técnicas y herramientas que pueden adecuarse a las características de cada paciente. Aprender a agradecer y calmar la mente sobre todo para poder elegir y decidir cada minuto, cada nuevo paso.
Realmente cuando la escuché fue un gusto ver su desenvolvimiento, cómo estudiaba cada paso, investigaba y sus ansias de superación.
Muchas frases me quedaron, pero una quiero compartir es: “todo pasa y lo más importante es destacar que todo nos enseña y tener la certeza que las promesas de Dios son reales y que no nos dará nada más allá de lo que podamos soportar”.
Hay muchas personas a nuestro alrededor que sufren, pero la actitud y el accionar movilizan, permiten tomar decisiones correctas a través de herramientas, experiencias que podemos tomar de otros y nos pueden allanar el camino.
Gracias Irina por confiar en mí en esta etapa y compartir tu historia de vida.
Todo pasa, esto también pasará.
Feliz y bendecido domingo.