El 17 de septiembre de 2021 partió nuestro amigo Aníbal Silvero y en coincidencia con su familia, con el entorno de amistades y colegas escritores de la SADEM, es que sus cenizas descansan en un lugar muy querido, apreciado, como lo es el predio “Solar” de Horacio Quiroga. Cuando el ministro de Cultura, Joselo Schuap, tomó conocimiento de su deceso y dentro del acompañamiento institucional, me comentó sobre esta idea/tendencia “Cultural y Artística” ofreciendo brindar un pequeño e importante espacio a sus cenizas, donde el sentido principal y metafórico es que éstas sean “absorbidas” y “revivan” en el árbol elegido para que lo represente.
Actualmente el predio Histórico-Cultural de Horacio Quiroga está a cargo del Ministerio de Cultura. Allí se encuentran las viviendas (original y réplica), los mobiliarios y objetos que pertenecieron al escritor, pero no sus restos, que fueron depositados en su Uruguay natal.
Dado lo significativo, mágico, de este lugar donde vivió y se inspiró Quiroga, que desde hace varios años es lugar de importantes encuentros literarios, es que se propuso y dio inicio espontáneamente a este “Bosque de la Poesía”.
Con Aníbal Silvero esto se llevó a cabo con mucha emotividad y simbolismo. Así también se propició esta propuesta con Esteban Abad, quien falleció el 10 de junio de 2022, a los 79 años, y sus cenizas descansan en las raíces de un Yvirá Pyta -cañafístola-, especie sugerida por la técnica agroecologista Verónica Ríos. Norberto Rivas de la “Biblioteca 2 de Abril”, facilitó el código QR situado en la placa para saber sobre la biografía y algunas de las obras de Abad.
Esta última jornada tuvo sus particularidades entre lo formal y emotivo. Hubo palabras brindadas primero por el presentador y músico Roberto Caminos, haciendo referencia a la biografía de Esteban, y luego fue mi turno como coordinador y coorganizador del homenaje junto a Verónica Ríos y Laura Revinski. Más tarde, lo hizo Belén Silva, por la SADEM; Leo Duarte, en representación de la Biblioteca Daniel Stéfani, hasta donde trasladamos la biblioteca personal de Esteban; Schuap recordó su época de músico, cuando Esteban publicaba notas sobre sus trabajos en PRIMERA EDICIÓN y contó otras anécdotas; su hijo Marcelo ‘Tato’ Abad, sobrino y nueras.
Cuando se cierra la etapa de una vida y quien la ha vivido dejó huellas de afectos y marcas de hacedor surge el mito! … ¡y qué mito! … ¡el periodista, el escritor, el matero, el amigo, nuestro “Papá Noel”! Padre de familia, abuelo y mucho más.
Finalmente, llegó el turno de los amigos. Hubo lectura de Jenny Wasiuk, de escrito de Oscar, ‘Cacho’ Mandagarán y versos de Miguel ‘Torito’ Méndez, compartidas entre los presentes, matizadas con emociones, anécdotas y humor. Finalizada esta etapa del homenaje a Esteban, la jornada se cerró con un poema de Marcial Toledo: “Canto a Quiroga”, en la voz del santafesino César Constanzo y la interpretación de un gualambao mantra a cargo del percusionista y baterista Cacho Bernal.
Los mates fueron testigo…
Esteban, años A, era una de esas personas muy particulares, por su aspecto, por su magnetismo que uno veía pasar por el centro, especialmente por calles Córdoba y Buenos Aires y, como diría Aníbal Silvero, “El universo conspira”. Es así, que nos conocimos en el contexto de una charla sobre “El Mate” (en Villa Cabello), a comienzos del año 2002. Eran tres “mosqueteros”, perdón, “materos” junto a ‘Cacho’ Mandagarán y a ‘Torito’ Méndez. Luego conmigo, “el cuarto matero”, a quien les propuse conformar la hasta ahora vigente “Agrupación Amigos del Mate”.
El “Bosque de la Poesía” es un modelo realizado en algunas provincias como Córdoba y en otros países del mundo.
También amigos como César Caminos, Roberto Réttori y Silvero, eran de los casi infaltables en las “Mateadas de La Amistad”. Pero Esteban fue el Principal coequiper para realizar estas movidas Artísticas Culturales (Mateadas). Nos complementábamos muy bien para tal fin. Y los mates fueron testigos de tan noble amistad y actividad (sin fines de lucro). La diferencia generacional entre ellos tres y yo (podrán ser mis padres) pasaba desapercibida en un trato de igual a igual. Así pasó el tiempo y los momentos compartidos. Como la última Mateada Folclórica realizada a orillas del río hasta sus casi 80 años. ¡Esteban se fue con un último aliento! … le llegó la hora. Pero nace el mito de una Leyenda, un misterioso ser que sobrevuela la literatura misionera, que es parte de un Universo Folclórico Misionero.
Por Oscar Mariano “Omi” Iñones