Dos jóvenes de 19 años aceptaron su responsabilidad ayer ante el Tribunal Penal de Eldorado y firmaron un acuerdo de suspensión por juicio abreviado por lo que evitaron el banquillo de los acusados pero deberán resocializarse con prisión efectiva por el robo y muerte de un comerciante de Puerto Iguazú al que citaron vía delivery por mensajes de texto de celular y con un falso pedido de dos hamburguesas.
Catalino Paniagua fue condenado a 19 años de cárcel como autor del delito “homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con portación de arma de guerra sin la debida autorización legal”. Mientras que Anderson Alfredo Álvarez fue sentenciado a 6 años y ocho meses de prisión como partícipe secundario de “homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego”.
El acuerdo fue rubricado ayer por el fiscal del Tribunal Penal 1, Federico Rodríguez en audiencia de visu con los encartados y la defensora oficial 1 Ana María Mayeroefer.
La instrucción de la causa correspondió al juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brites. Elevó la causa a juicio en octubre de 2022.
Catriel Urizar (30), era propietario de un local gastronómico. Fue asesinado cuando fue a entregar un pedido (dos hamburpizzas), supuestamente realizado por dos jóvenes con la intención de “emboscarlo para un robo”.
Paniagua y Álvarez fueron acusados como “coautores” pero para el fiscal del Tribunal Penal, solo el primero de ellos tuvo el dominio del arma de fuego y quien la percutó para atacar al comerciante.
Urizar fue asesinado de un balazo calibre 38 alrededor de las 23.30 del lunes 28 de marzo en el barrio Cataratas del Iguazú. Lo hallaron dentro de su camioneta Toyota Hilux con una herida en el pecho.
Testigos vieron correr tras el hecho a dos personas jóvenes que minutos antes merodeaban el lugar y dijeron a un conocido que esperaban un pedido de comida.
La víctima acudió allí para entregar la comida y los sospechosos se sorprendieron porque no fue en motocicleta sino en una camioneta. Cuando les preguntó si ellos habían pedido las hamburguesas dijeron que no y corrieron.
Urizar los persiguió porque quería asegurarse de que no ser una broma y les exigió que le mostraran sus celulares. Se desató una discusión y, en esas circunstancias, Paniagua se percató que Urizar tenía un arma de fuego que en realidad era una réplica de juguete que llevaba “por las dudas”, y disparó al tórax, le perforó el pulmón generándole un shock hipovolémico que causó su muerte en pocos minutos. En la indagatoria, Paniagua confesó que disparó porque “se asustó” .
El mismo detenido se escapó de la comisaría de Puerto Iguazú, en la cual estaba detenido, el lunes 25 de abril por la tarde, pero fue recapturado pocas horas después.