No es la razón lo que nos lleva a la acción sino la emoción.
El mejor conocimiento de nosotros mismos permite la aceptación y gratitud indispensables para responder mejor ante situaciones estresantes.
Quien se conoce, puede aceptarse y trabajar aquello que le disgusta mejorando y evolucionando en este camino maravilloso de la vida. De esta manera, no solo somos más eficientes en todos los aspectos sino que disminuimos el estrés insano y todo lo que de ello deriva. Aún las personas muy inteligentes suelen fracasar si no son capaces de conocerse a sí mismas, gestionar sus emociones y manejar adecuadamente sus relaciones.
Así como el clima áulico condiciona el aprendizaje, el clima laboral condiciona el rendimiento y la producción, lo mismo sucede en cada aspecto de nuestra vida.
Transitar por la vida desde una actitud confiada y agradecida nos permite trabajar mejor, generando espacios cooperativos y mayor eficiencia. Este camino se abre a partir del autoconocimiento.
Comparto un listado de cinco capacidades necesarias para desarrollar el autoconocimiento y manejarnos inteligentemente que me ayudan en el camino diario:
RECONOCIMIENTO
de las propias emociones. Para poder gestionarlas, primero debemos escucharlas de manera consciente, observar su por qué y su para qué.
GESTIÓN
relacionar los comportamientos que surgen a partir de cada una de ellas. A veces no podemos elegir cómo nos sentimos, pero sí podemos observar qué estamos pensando y desde allí analizar, resignificar o reformular lo que sea necesario para elegir un comportamiento más adecuado a nuestros objetivos.
MOTIVACIÓN
tener en claro nuestros propósitos nos permite avanzar de modo disciplinado y perseverante en aquello que deseamos. Estar motivados por nuestro objetivo empuja y dirige el comportamiento para concretar lo que queremos.
EMPATÍA
reconocer las emociones de otras personas, ser capaces de comprender sus juicios, pensamientos y sentimientos es clave para tener un espacio de análisis antes de reaccionar.
CULTIVAR
las relaciones para mejorarlas, reconociendo y gestionando los conflictos en lugar de taparlos. Esto nos permite advertir áreas de mejora y actuar asertivamente
Poder saber qué emoción necesitamos en determinado momento para lograr los resultados propuestos es saber gestionarnos emocionalmente.
Poder reconocer en qué momento debemos parar, descansar, retomar es clave.
Esto nos permitirá desenvolvernos en la vida con verdadera libertad, esa que no depende del afuera sino que se relaciona estrechamente con nuestra capacidad de elegir cómo accionar.
Eduquemos el corazón además de la mente.