“Nos dimos cuenta de que Eros había desaparecido y salimos a recorrer el barrio. Lo rastreamos por todos lados porque es sordo, publicamos en redes sociales y pegamos carteles también con los datos y fotos para que se contacten si lo habían visto”.
Yésica Fernández intenta resumir la desesperación que sufrió con su familia hace poco más de un año en el barrio Santa Helena de Garupá, donde le robaron la mascota, un ejemplar de bulldog inglés con discapacidad de solo un año.
Tras la confirmación el miércoles de que la causa fue elevada a juicio oral por el juez de Instrucción 6, Ricardo Balor, con un acusado por los delitos de “estafa y encubrimiento”, la responsable de Eros dialogó con este Diario para recordar el drama de recorrer todo Garupá detrás de su perro y la desesperación de ser extorsionada por un miembro de la comunidad gitana y la tensión hasta que el animal fue rescatado a salvo gracias a los pasos dados por la policía.
“Estábamos desesperados, pasaron varios días sin noticias y recurrimos a una radio y a una proteccionista de animales. Miriam Barthe nos ayudó mucho con la difusión y nos guió sobre qué debíamos hacer. Habíamos puesto un monto de dinero para darle a quien nos ayudara a encontrarlo porque mis hijos estaban muy tristes, todos estábamos mal”, resaltó la joven.
“Eros me lo regaló mi hermano, no podíamos nosotros comprarlo, apenas juntamos 15 mil pesos para ofrecer cuando apareciera (…) Y se comunicó esta persona (acusado a juicio) y me dice que era muy poca plata, que él sabía dónde estaba Eros pero no me lo iba a decir por ese monto. Solo me dijo que lo tenía otra persona y se lo quería vender a él por 50 mil pesos. Yo le pedí por favor que me dijera dónde estaba esa persona y le ofrecía en cuotas los 50 mil pesos”.
“Me dijo que lo tenía un verdulero en la entrada de Candelaria. Fuimos hacia allá a mirar y no estaba el perro en el puesto. Fuimos a la policía, a la comisaría de Candelaria y ahí nos ayudaron. Primero descartaron que el verdulero tuviera a Eros y después comenzaron a rastrear al que nos llamó”.
“Un investigador lo ubicó y se hizo pasar por propietario del perro y pareja mía y así logró pactar la entrega del dinero y la devolución de Eros. Primero para el sábado 16 de abril pero como se hizo de noche se pasó para el otro día. Este hombre, el que pedía el dinero, pactó la entrega en su casa y allí fueron de civil los policías y lo atraparon y rescataron a Eros”.
También relató que los policías le insistieron al captor que devolviera la mascota porque había una familia que no podía dormir:
“Nunca quiso darnos el perro sin dinero a cambio. Amenazaba que lo iba a vender y chantajeaba constantemente por los 50 mil pesos. Sufrimos mucho, es un perro pero es parte de la familia. Eros es sordo, no puede escaparse a la calle porque cualquier automóvil lo puede chocar”.
“Eros también padece problemas de piel, lo cuidamos mucho y juega con mis hijos. Hoy tiene dos años pero lo tenemos desde que tenía cinco meses y no lo compramos, no lo podíamos hacer tampoco y se convirtió en un niño más en esta casa. Que nos lo devolvieran a salvo y que la Justicia haya avanzado en la causa nos dio mucha tranquilidad”.