El 7 de septiembre del año 2019 Humberto Keller (50) fue hallado muerto en una derruida vivienda de Eldorado. Al día siguiente la policía pudo detener a un sospechoso que vivía en la aldea Perutí. A casi cuatro años del hecho este hombre irá a juicio por el crimen.
El Juzgado de Instrucción 1 a cargo del magistrado Roberto Horacio Saldaña, clausuró la investigación y elevó el expediente al Tribunal Penal 1 de Eldorado. El hombre tiene actualmente 36 años y enfrenta la acusación por el delito de “homicidio simple”, que estipula una pena de entre 8 a 25 años de prisión.
La investigación determinó que el 6 de septiembre del citado año, el imputado salió de la aldea para acompañar a su suegro a adquirir una bicicleta en Eldorado. Tras reunirse con el vendedor compartieron un almuerzo y luego el encartado pidió prestada la bicicleta para ir a lo de un conocido en calle Callao, kilómetro 18, a buscar una ollas que había prestado.
Keller, domiciliado en Candelaria pero que deambulaba por el norte de la provincia, vivía en una carpa que estaba instalada en una casa casi derrumbada. Allí después de un rato, el acusado comenzó a golpear a la víctima, para luego provocarle varios cortes de arma blanca y arrojarle brazas encendidas para quemar su cuerpo, sin saber si ya estaba sin vida.
Ya en horas de la noche el hombre se encontró con su suegro, quien lo vio con la camisa ensangrentada y con signos de ebriedad. Cuando el acusado le dijo que lo aguardara que iba ir a comprar un vino, el suegro se fue del sitio dirigiéndose a la aldea.
Cuando llegó, su yerno ya había llegado sin que supiera cómo lo hizo tan rápido. La mujer del encartado lo vio sacarse las ropas manchadas y le preguntó que había pasado, a lo que él le respondió que había matado a Keller, y que lo hizo para “divertirse”.
Al día siguiente vecinos llamaron a la policía porque sentían olor nauseabundo en la vivienda y no veían a nadie cuando habitualmente había allí movimiento.
En las pericias realizadas en el sitio encontraron un celular semiquemado, el cual era del hombre que había vendido la bicicleta, y a quien el acusado le había robado el teléfono.