Arthur J. Miller, profesor de Historia y Filosofía de la Ciencia en su “Tiempo, Espacio y la Belleza del Caos”, analiza producciones de Einstein y Pablo Picasso en relación a estos dos significantes, tiempo y espacio en los campos y el arte en el siglo XX. Miller cita a filósofos y matemáticos como precursores de los principios de filosofía y la ciencia de la época.
El positivismo de August Comte, transita la ciencia libre de teología y de metafísica, “la imaginación no tiene lugar”.
Descubrimiento de los rayos X, radioactividad, electrón, hace que haya un re-pensamiento entre relación mente y realidad. Picasso llega a París en esta época, y se une a este movimiento.
El escritor Alfred Jarry ejerció influencia en Picasso, quien su literatura provocadora, demuele lo burgués y las convenciones sociales, Jarry vivía sus creaciones literarias, las actuaba, manifestaba la unidad entre la vida literaria y el arte.
Picasso decía “la pintura es solo búsqueda y experimento”. Nunca un cuadro como expresión de arte, todas son búsqueda, “la pintura es un juego del espíritu”. Picasso profundizó su mirada en la vanguardia, cualquier idea en la ciencia, matemática o teología podía ser de valor para él, como Einstein era un investigador.
Una de las teorías de la 4ta Dimensión, relacionada con la metafísica y en parte con nociones de teosófica de la visión astral y del plano astral, esta visión se extiende al infinito.
Esta perspectiva donde nosotros dibujamos en tridimensional, Picasso la percibió de dibujar en cuatro dimensiones, a hacerlo desde distintos puntos de vista. Con su genialidad visual, percibió que las diferentes perspectivas debían mostrarse en un espacio simultáneo así nació “Madeimoselle de Avignon”.