Gonzalo Sarmiento (20 años) es oriundo de Almafuerte, allí entre Bonpland y Leandro N. Alem, y hace honor a su pueblo porque es un luchador que se aferra a la vida pese a los duros momentos que le tocó atravesar desde pequeño, y pese a que no sabe qué le depararán las próximas visitas a Buenos Aires, porque volvieron a detectarle unos nódulos que necesitan ser intervenidos quirúrgicamente.
Si bien cuenta con la obra social del IPS, los costos que debe afrontar la familia de “Gonza” todos los meses, exceden las posibilidades económicas que tienen, por lo que reciben ayuda solidaria de distintos sectores, como recientemente de los motociclistas o a través de donaciones que les permitan afrontar los gastos para trasladarse entre hospitales y clínicas.
Valeria Insaurralde, mamá de “Gonza”, explicó a PRIMERA EDICIÓN que juntan fondos para afrontar los costos operativos en Buenos Aires, “donde fue derivado directamente porque en esos años en Misiones, nos se hacía esa clase de cirugía. Después pasó por la ‘quimio’, rayos, tratamiento de hormonas de crecimiento por cuatro años, además tuvo infecciones porque los rayos le afectaron la columna, el crecimiento, un poco la audición perdió pero eso fue mejorando”.
También Valeria contó que la cirugía “le afectó la vista, quedó con un estrabismo bastante importante cuando salió de la cirugía y el lado izquierdo todo paralizado. Luego con rehabilitación y todo un proceso que llevó un tiempo, comenzó a caminar y a poder movilizarse solo. Después, tuvimos controles de rutina con él todos los años hasta que llegó la pandemia y no pudimos ir a Buenos Aires”.
Siguió detallando que “acá en Posadas se le hacía un control de resonancia y en noviembre del 2022 vieron que aparecieron un nódulo en la parte de la columna, de la tiroides y otro en el cerebro. Ahora Gonzalo cumplió 20 años en junio último”.
“Cuando apareció esto me acerqué a la oncóloga y ella me pidió un par de estudios en Buenos Aires, donde me dijeron que era necesario que él vuelva, que retome todo, pero ya con su edad (20) no podían recibirlo en el Garrahan sino que tenían que ver adónde derivarlo. Nos citaron el 2 de enero y ahí arrancamos con este proceso de ahora que venimos todos los meses viajando y puntualmente el próximo martes tenemos que ir a Buenos Aires”, añadió.
La primera parada de “Gonza” con su madre y sus hermanos Bautista de 6 y Natali de12 años, “será el Garrahan porque pese a que no pueda quedarse allí el doctor que siempre lo atendió desde los cuatro años y lo va a evaluar sobre las posibles cirugías de cerebro que se hará en otro hospital, que veremos cuál será y que tenga convenio con la obra social, porque el Favaloro, que es una de las posibilidades, entendemos que no lo tiene”, dijo Valeria.
Agregó que “también iremos al Hospital de Clínica porque en abril a Gonzalo lo operaron, le extrajeron las tiroides y el nódulo que tenía allí. Ahí también está con tratamiento porque quedó con calcio en sangre baja y le están controlando con medicaciones y análisis”.
Acerca de la obra social, dijo que “no cubre todo lo que necesitamos para este caso de ‘Gonza’ pero siempre nos atendieron. Son muchas gestiones que debemos realizar en todo momento, se entiende que no es sencillo pero quedan cosas que no podemos afrontar solos. Ahora, por ejemplo, no tenemos lugar en el hotel en Buenos Aires, están llenos en la fecha que tenemos que estar para que lo atiendan”.
Sobre cómo fueron estos años de Gonzalo, más allá del proceso de la enfermedad, su madre reconoció que “para nada fueron fáciles. El papá, se llama Franco, es empleado de maestranza municipal de Alem y yo me dedico a la repostería, trabajo desde mi casa vendiendo tortas y cosas dulces pero acompañando permanentemente a ‘Gonza’ así que casi que no puedo tomar pedidos, entonces se complica, no nos sobra nada”.
Acompañados en la escuela y también por todos sus amigos
“Gonza” y su familia viven en Almafuerte, “estamos entre medio de Bonpland y Alem. Él terminó el secundario con ayuda de la psicopedagoga”, relató su mamá.
“Fue una cuestión bastante complicada porque su aprendizaje fue un poquito más lento que el resto debido a que quedó afectado su lado izquierdo, en motricidad le costaba escribir y la lectura… fueron años de psicopedagoga, psicólogo, pero dieron sus frutos y terminó sus estudios en el CEP Nº 42”, contó orgullosa Valeria.
Realzó el acompañamiento de la escuela porque entiende que “se portaron de maravillas con ‘Gonza’, los profesores siempre estuvieron, el director también, lo apoyaron y eso también lo ayudó a ir superándose, adaptarse a las exigencias en cada curso”.
Describió a “Gonza” como “muy ‘amiguero’, una persona ‘pum’ para arriba. Le gusta hablar con uno, con otro y ahora que está con 20 años le gusta el fútbol y estaba un poco triste porque cuando lo operaron y le sacaron la tiroides no podía jugar en su club, Atlético Alem”.
Agregó que “días atrás estaba desesperado por ir a entrenar y no hubo práctica, porque ya sabe que el martes se tiene que ir a Buenos Aires y no sabemos cuándo volvemos y si podrá seguir jugando”.
Los desafíos para Gonzalo en su vida fueron permanentes y su madre lo ratifica, “hasta noviembre pasado, cuando nos enteramos de estos nódulos, él tenía la idea de estudiar Profesorado de Educación Física”.
Dijo que “estábamos viendo si podía estudiar en Oberá o en Aristóbulo del Valle, un profe suyo nos había hablado muy bien de estos sitios y que lo iban a apoyar. Ojalá pueda concretarse”.