A pesar que cada vez hay más charlas de concientización, canales de denuncia y casas refugio para víctimas de violencia de género, en menos de dos meses dos femicidios sacudieron a Misiones dejando sin consuelo al entorno de las víctimas y en alerta a los organismos que trabajan en la materia.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la subsecretaria de Relaciones con la Comunidad y Violencia, Sandra Galeano explicó que por mes atienden en la subsecretaría más de mil casos de mujeres que sufren violencia de género. Casos de toda la provincia, que tienen distintas complejidades.
“De los casos que recibimos, estamos hablando de 100 casos judicializados por semana (casos que nos llegan por sistema). Y en cuanto a la subsecretaría, por mes más o menos atendemos 1.006 personas víctimas de violencia de género. Sin contar los casos que reciben las demás áreas de género de municipios por ejemplo”, explicó.
Sobre eso, cabe aclarar que la Subsecretaría canaliza la demanda tanto de mujeres que acuden de forma espontánea a las oficinas, así como también de casos enviados por juzgados, comisarías e intendentes.
Si bien la demanda en las casas refugio disminuyó, sigue en alza la cantidad de llamadas a la línea 137 de violencia familiar y sexual; y denuncias por violencia de género según Galeano. Eso tiene un análisis negativo y uno positivo según la funcionaria: como análisis negativo que la violencia de género sigue siendo una problemática que pone en peligro a las mujeres misioneras; y como segundo análisis que cada vez son más las mujeres que se animan a denunciar.
Si bien los datos definitivos se conocerán a fin de año, “el año pasado habíamos observado un aumento importante en la cantidad de denuncias: de 23 mil habíamos pasado a 25 mil, pero creemos que tiene que ver también con que las mujeres se animan a denunciar y tienen más conocimiento que está la línea 137, las casas refugio, y que le brindamos asistencia jurídica gratuita. Eso hace que las mujeres tomen ese primer paso con más seguridad”, afirmó.
Ocho casas refugio en Misiones
Por otra parte, a comienzo de esta semana, el IPRODHA hizo entrega de una casa que funcionará como casa refugio para víctimas de violencia de género en la provincia.
Si bien, por medidas de seguridad no se conoce la locación exacta de la misma, con ésta ya son ocho las casas refugio que funcionan en Misiones.
En cuanto a la situación de las mujeres que, por lo general ingresan en las Casas Refugio, Galeano explicó que, en su mayoría, son aquellas que dan el primer paso para alejarse del agresor, “por nuestra experiencia, en su mayoría las mujeres que ingresan lo hacen por primera vez, dan el primer paso. Son mujeres que venían aguantando una situación y deciden salir. En ese punto es importante saber que las casa refugio tienen un ingreso voluntario. Hay semanas que tenemos cinco ingresos, otras semanas dos ingresos o ninguno, varía mucho. Así como también la complejidad de cada casos”, explicó.
Además aclaró que siempre tratan que las víctimas salgan de la Casa Refugio con medidas cautelares si es que desean denunciar a sus agresores; y luego, se le hace un seguimiento a cada caso.
“Ojalá que algún día no necesitemos Casas Refugio, pero es bueno que podemos garantizar este resguardo a las mujeres que por lo general, vienen junto a sus hijos”, afirmó.
“Vamos a reforzar nuestro trabajo en la zona centro y norte”
A raíz de los últimos femicidios en Misiones, que ocurrieron en San Vicente y Andresito, Galeano explicó que buscarán fortalecer su trabajo en zona centro y norte de la provincia con más charlas y talleres, como ya venían haciendo anteriormente.
No obstante, confesó que el principal desafío frente a comunidades rurales es “empoderar a las mujeres y su entorno”, explicó.
“Por ejemplo, en este último femicidio (el de Jessica Duarte) estaban todas las medidas cautelares. Desde el Estado podemos hacer mucho, pero también es importante el rol de la sociedad y de la familia. Empoderar a una mujer es tarea de todos; cuando sabemos que hay una que está atravesando violencia debemos ayudarla, contenerla, que no retroceda en las decisiones que ya tomó; y si tiene una medida cautelar pero decidió volver con el agresor, es importante que no la juzguemos porque quizás volvió por una cuestión económica, habitacional, porque no pudo cortar el lazo afectivo, por una amenaza. Hay un montón de factores. Escuchamos a menudo que las mujeres que vuelven con el agresor porque le gusta sufrir y eso no es así, es un mito, a nadie le gusta sufrir”, finalizó.