La única forma de que las leyes universales no obren en tu contra es observar el máximo respeto al libre albedrío de cada ser.
Lo primero es cuidar todos tus pensamientos, nunca permitas que fluyan sin control. Una simple conversación te puede llevar a generar pensamientos dirigidos hacia otros y empiezas a mover las energías y a activar las leyes.
En cambio, permitir que cada persona sea como desea ser.
No las califiques con palabras feas porque no sabes si traerán desequilibrio. No pienses mal de las personas. Acéptalas tal cual son, ten siempre en cuenta que hacen lo que pueden y no lo que quieren, al estar todavía dominadas por sus miedos.
Muchas de tus decisiones están basadas en tus propios miedos.
Es vital dominar la mente y evitar la creación de realidades en otros o en ti mismo. Evita pensar en el otro y sobre todo, evita hablar de otros. Si cortas esa dinámica, puedes permanecer en tu centro y vivir fluyendo, sin ocasionar desequilibrios en tu vida.
Cada vez que broten pensamientos hacia otros, detenlos, porque estás invadiendo su libre albedrío.
Controla tu mente y solo crea para ti.
Uno de los secretos mejor guardados de la ascensión es el poder del autocontrol y del mantener tus pensamientos en equilibrio.
Cuando estás manifestando imperfección es cuando más equilibrado debes estar, para no volver a generar una onda expansiva en tu vida.