El peor de los finales tuvo la búsqueda de la joven madre desaparecida desde el pasado miércoles en esta localidad. Jessica Silvana Duarte tenía 31 años y fue hallada este lunes a la tarde enterrada en una chacra, con signos de violencia. Fuentes del caso confiaron que tenía marcas similares a ahorcamiento y golpes en la cabeza, aunque aún resta esperar el resultado de la autopsia.
Por el hecho, que ya fue caratulado por la Justicia como “femicidio”, la policía busca a la expareja, un hombre de 52 años que ya fue identificado y que según la familia de la víctima tiene antecedentes por violencia de género contra Jessica, a quien incluso hace poco más de un mes y medio le habría dado una golpiza, afirmaron.
La desaparición de la mujer fue denunciada por su madre el pasado domingo, sin embargo, no tenían noticias de la misma desde el miércoles último a las 14 que salió de su domicilio del barrio 2 de Junio de Andresito. Según los investigadores el miércoles se habría cometido el crimen. Fue así que se montó un dispositivo de búsqueda por parte de la policía.
Una de las primeras medidas fue buscar a su exconcubino, con quien se sabía que tenía una relación conflictiva, según el testimonio de parientes de la mujer. De esta manera los pesquisas llegaron hasta una chacra ubicada a un kilómetro de la ruta 101, en las afueras de Andresito. Una vez allí se entrevistaron con el patrón del hombre buscado, cuya declaración sería clave.
La cartera, la moto y la pala
Una vez que llegaron a la chacra en cuestión, ubicada en el Paraje Cabureí, los pesquisas se entrevistaron con el propietario. El hombre les habría dicho que efectivamente su empleado estuvo el miércoles junto a su expareja (Jessica), pero que no le llamó la atención la presencia de ella porque era común que le vaya a ayudar, pese a que no era empleada del lugar. Incluso el testigo aportó otro dato, se movilizaban en la motocicleta de la víctima.
Cuando los uniformados se retiraban de la propiedad, encontraron la cartera de la mujer a la vera de un camino de acceso, fue así que se encendieron todas las alarmas y decidieron rastrillar a fondo la zona, que es bastante conocida por el ahora sospechoso.
La búsqueda dio su resultado cuando finalmente este lunes a la tarde fue encontrada la motocicleta que era propiedad de la mujer, una Kimko 110. Al regresar a la chacra, los uniformados revisaron el galpón de herramientas del empleador del presunto asesino. Allí, hallaron una pala de punta con indicios en su hoja similares a sangre y con el mango de madera roto por lo que se presumía pudo ser utilizada en el hecho. Orden judicial mediante, comenzaron a rastrillar toda la zona. La chacra tiene 47 hectáreas, por lo que los investigadores pensaron que tal vez sería una extensa búsqueda. No obstante, a las 14 de ayer y apenas a 700 metros de donde ubicaron la motocicleta hallaron un montículo de tierra.
Los efectivos tuvieron el peor presentimiento. Semienterrado y boca arriba y envuelta en una bolsa que se utiliza para las ponchadas de yerba estaba el cadáver de Jessica. Vestía una remera negra con inscripción en blanco, jeans azul y no tenía los zapatos. Un dato no menor es que el sospechoso habría ocultado el cuerpo en una chacra lindante a la de su empleador, tal vez con la intención de que no busquen fuera de los límites de esa propiedad.
La víctima tenía dos hijos menores y se ganaba la vida confeccionando prendas. Todas las diligencias llevadas a cabo fueron realizadas en presencia del Juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brites. Personal de la División Criminalística y Bomberos Voluntarios, procedieron a la extracción del cadáver, que fue trasladado para autopsia a la Morgue Judicial de Posadas.
Allanamiento
En el marco de un allanamiento a la vivienda del sospechoso los uniformados hallaron las zapatillas que pertenecerían a la víctima. Hasta anoche continuaba la búsqueda del presunto autor del femicidio.