Dolor, pesar, tristeza. Sensaciones que la partida de todo ser humano deja en quienes lo conocieron, quisieron y admiraron y la temprana muerte, a sus 66 años, del exboxeador Rubén Oscar Verdún no es la excepción a la regla. Según los primeros datos recabados, mientras el deportista jugaba un partido de fútbol en la cancha de Brown se descompensó y cayó desmayado, y a pesar de que se le practicaron maniobras de reanimación y fue trasladado al Hospital Madariaga, no lograron recuperarlo y falleció.
El apellido Verdún está ligado desde siempre con el boxeo, pues el padre de Rubén, Arsenio o “Cheno”, para los amigos, fue boxeador, organizador y entrenador. Por esas cosas del destino, “Cheno” realizó su último combate como boxeador (en Jardín frente a Juan Vera) el mismo día que nació su hijo: el 7 de agosto de 1956.
Rubén fue uno de los púgiles más reconocidos en el ámbito local. En su extensa carrera logró el título del Mundo Hispano al vencer por puntos, en junio de 1995, al pegador Italo Meza, en Posadas.
Su carrera siguió en ascenso, hasta que en marzo de 1996, tuvo la chance del título argentino de los medianos, frente al campeón Raúl Sena, en un combate que se celebró en el Polideportivo El Zaimán, y que terminó con una batalla campal, pues el posadeño fue un poco más que el cordobés, quien “besó” la lona en el séptimo asalto, pero en las tarjetas los jueces fallaron empate, lo que generó la ira del público local, que vio ganador al crédito local sobre el ring.
Su palmarés en el campo rentado asciende a 52 peleas de las cuales ganó en cuarenta oportunidades, perdió en once y empató en una ocasión. Verdún no fue un pegador de raza, pero sí un laburante del ring, que ganó la mayoría de sus peleas por puntos.
Su última pelea fue en la ciudad brasileña Carazinho, en 2008, frente al dominicano José Joaquín Rosa Gómez, y desde entonces se dedicó a la enseñanza del boxeo.
“Polaco, Chino o Negro”, como lo conocen y conocieron en el ambiente boxístico local, Rubén, quien también jugó al fútbol en Atlético La Picada.