Ayer finalmente se concretó en el país una nueva marcha del Ni Una Menos, a ocho años de la primera movilización en Santa Fe. Es así que, tras la multitudinaria movilización en Posadas el viernes, Oberá y San Vicente salieron a las calles a exigir un alto a la violencia de género.
Un pedido cargado de indignación teniendo en cuenta que en Misiones hubo 4 femicidios y 36 intentos de femicidios en este año. Siendo el último el de la joven de 23 años Daniela Radke.
“Somos la voz de aquellas que ya no están, que fueron secuestradas, asesinadas. Sabemos que cuando hay violencia dentro de un hogar, muchas veces no se animan a contar por más que sea de un estrato social alto. Por eso queremos que tengan la valentía de decir ya no más violencia”, explicó Blanca Ayala, una de las manifestantes de Oberá en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
En ese punto, se sintió la emoción de Blanca, ya que según contó es hermana de Ramona Argentina Ayala desaparecida hace 28 años cuando tenía 13 años de edad; por ende “sé lo que es el dolor de una mamá, de una hermana, de una abuela, por alguien desaparecida. Por eso hoy somos las voces de las que no están”, afirmó.
En sintonía, Gabriela López, otra de las presentes explicó que, “lo que planteamos es la aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI), que ha demostrado su eficacia cuando se la aplica. Después que se pare con la criminalización de la pobreza sabiendo que la mayoría de la población pobre corresponde a mujeres”, finalizó.
Por su parte, San Vicente también se unió al Ni Una Menos. En esta oportunidad llevando bien en alto el nombre y la imagen de Daniela Radke, la sanvicentina que fue víctima de femicidio el mes pasado.
En el marco del Ni Una Menos, los sanvicentinos convocados resaltaron la importancia de crear una línea telefónica local para víctimas de violencia de género.