En la madrugada del sábado 24 de mayo de 2008, partía sin regreso Julio Lohrman, tras los embates de una larga y dolorosa enfermedad.
Chaqueño de nacimiento y misionero por adopción, el bandoneonista labró una fructífera trayectoria nacional.
La historia arranca a los 14 años cuando Isaco Abitbol lo llevó desde Oberá, donde vivía con la familia, hasta Buenos Aires, donde entonces la música argentina predominaba en las radios, la TV y en las peñas o salas de espectáculos en vivo.
Fueron tres décadas las que el joven bandoneonista estuvo con el “Patriarca del Chamamé”, integrando el “Trío de Oro” con Isaco y el santafesino Roberto Galarza.
Tiempo después fundó en Ituzaingó (Corrientes) la Orquesta Folklórica Municipal.
Julio Lohrman nació el 18 de diciembre de 1946 en Barranqueras (Chaco), pero por llegar con sus padres a Misiones cuando sólo tenía 8 años, es considerado un músico misionero.
Su padre, homónimo, entrerriano, trabajaba en la Policía y también era bandoneonista “vocacional”; su madre, Celestina Vallejos, correntina de Empedrado, era ama de casa y quien le prestaba a Julio el bandoneón del padre a hurtadillas.
En la tierra colorada, Lohrman vivió en Leandro N. Alem y en Oberá. Allí dio sus primeros pasos en la música, en el ámbito del tango, integrando la “Orquesta Típica y Regional de Oberá”, habiendo estudiado bandoneón con el maestro Ricardo Vuori.
Previamente, Lohrman había pasado por la indecisión acerca de cuál sería su instrumento, ya que por entonces su preferido era el violín.