El Centro Modelo de Asistencia y Seguimiento de Niños, Niñas y Adolescentes en conflicto con la ley penal (CeMoAS) tiene el objetivo de contener a esta población con estrategias socioeducativas y asistenciales para lograr su inclusión en la vida comunitaria.
A dos años de su creación en Posadas, ya pasaron por el lugar 248 chicos (94% varones) de los cuales 21 ingresaron una sola vez, es decir, que fueron reincidentes en los delitos cometidos. En lo que va de este 2023 hubo otros 40 ingresos más.
Respecto a la edad de los NNyA, la mayoría tiene entre 14 y 17 años, aunque también registraron el paso de chicos de entre 9 y 13 años. Los datos dan cuenta también que se trata de individuos que están inmersos en el consumo problemático de sustancias y en algunos casos ya en las adicciones.
Asimismo, las estadísticas hablan de la poca escolaridad, puesto que 25 no estaban escolarizados, 54 tenían la primaria incompleta y 17 la concluyeron; en tanto 100 chicos tenían la secundaria sin terminar y seis sí lo hicieron, de otros 81 no se obtuvieron datos respecto a esto.
Ayer, en el Hogar de Día se realizó el acto conmemorativo, donde compartió que gracias a este espacio de contención al que llegan los menores luego de ser aprehendidos por los efectivos policiales ante un presunto hecho delictivo se redujeron las entradas de éstos a los correccionales.
“Lo que trata de hacer es trabajar para restituir los intereses superiores de los niños que se encuentran vulnerados. Muchos llegan bajo los efectos de las sustancias, se trata de abordar, de evaluar, pero muchas veces no quieren brindar ningún tipo de datos de referencia. Es un trabajo que requiere mucha sensibilidad, cada chico es un caso particular y requiere una asistencia particular”, señaló Cristian Ortiz, director del CeMoAS.
Cabe destacar que la permanencia de los NNyA no supera las 48 horas de ingreso, puesto que después de la admisión y evaluación se trabaja en la derivación de estos chicos para tratar sus problemáticas específicas.
“Hemos tratado de reintegrar estos derechos que fueron vulnerados en estos chicos, todos ellos son menores de 18 años y más allá de tener un conflicto con la ley penal tienen ciertos derechos e intereses superiores que fueron vulnerados en su infancia”, destacó.
Lejos de la mirada punitiva
Karina Moreira, psicóloga y miembro del equipo que asiste a los niños, niñas y adolescentes en el CeMoAS destacó que es importante alejarse de la mirada punitiva. “La adicción, al ser un padecimiento mental, nos dice que este niño o adolescente está atravesando situaciones complejas que lo llevan a delinquir y que también lo llevan a consumir”, comentó.
En ese sentido, explicó que esta problemática no tiene un solo factor desencadenante sino que entran en juego “factores sociales, familiares, vinculares, el contexto, donde creció y donde vivió este niño y adolescente, si va o no va a la escuela, qué actividades hace”.
Y en esa misma línea, agregó: “Muchas veces nos encontramos con que no pueden expresarse, no pueden hablar debido al estado de intoxicación e inclusive dentro de pertenencias nos encontramos con pipas, sustancias, cigarrillos de marihuana, alcohol”.
Así, se destacó que todo el equipo de profesionales busca reducir la reincidencia en el delito con fines de limitar la llegada de los chicos a las unidades penales. “Para que nuestros niños, niñas y adolescentes puedan tener otra perspectiva de vida, visualizar otras posibilidades”, concluyeron.