El referente del blues argentino en el mundo y fundador de la primera escuela de blues del país, Gabriel Grätzer, participó ayer del ciclo “Posadas Blues Session” junto a las bandas de la región “Tito Agulla Band” y “La Posadas Jud Band”.
Previamente, el “Embajador Argentino del Blues”, visitó la FM 89.3 Santa María de las Misiones, donde en una amena charla contó que su pasión por la música nació a la edad de 5 años con algunos discos de los Beatles que estaban en su casa y llamaron su atención “sin tener idea lo que era, pero en la medida que fue pasando el tiempo y empecé a estudiar guitarra; me fueron llevando por distintos caminos hasta que empecé a identificar al blues como algo que realmente sentía, que era mi lugar. Y después el resto fue profundizar y fluyó”.
Grätzer indicó que teniendo en cuenta que todas las músicas contemporáneas desde el jazz, el pop, el rock y hasta el heavy metal, sin importar de que país o en que idioma se expresen “sus raíces están en el blues, por supuesto, puede ser más difuso. Es como si la foto del bisabuelo, por ahí no se parecería a uno, pero el bisabuelo viene el abuelo, el padre y nosotros; y eso pasa con el blues, es la raíz de todas estas músicas”. En este sentido, el músico contó que se dedica a un tipo de blues en particular, pero a su vez ve que todos los géneros musicales ha evolucionado por diferentes motivos que pueden ser sociales, económicos y culturales de cada país y “Argentina tiene algo muy valioso, me ha tocado viajar por todo el mundo y si bien existe blues en todos lados, el blues argentino tiene una identidad propia”.
En este sentido, comentó el grupo Manal en la década del 70 fue el punto de referencia del blues en el país, aunque ya se escuchaba y se grababa blues en los años 40 y 50, pero “ese blues en español tan característico de Argentina donde tenemos a la Mississippi, Memphis, Papo Blues, Las Blacanblus, Manal y tantos otros.
Cabe destacar que en 2005, la Cancillería argentina le otorgó al músico el título de “Embajador Argentino del Blues en el Mundo”, luego de llevar este genero por distintos escenarios del mundo, aunque sintió una alegría en lo personal señaló que “no significa nada en el sentido de que es una música que uno puede tomar prestada de otra cultura, de otro tiempo y hacerla propia. Muchas de las grandes leyendas o desconocidos artistas de blues de todos los tiempos, tal vez no pudieron vivir de la música, viajar o disfrutar, de estar en una radio o en televisión. Entonces uno tiene que tener siempre los pies muy bien puestos sobre la tierra, para entender que no deja de ser un trabajo y el placer propio también”.
Además, comentó que comenzó a viajar a los 16 años y a lo largo de estos años vio la evolución del blues en muchos países de América Latina “la primera vez que Gustavo Sánchez Hasse me lleva a tocar a Encarnación, no existía el blues, no había nada, eran dos o tres locos en el buen sentido y pasan 20 años y hoy en Paraguay hay toda una escena del blues y lo mismo pasa en Bolivia, Perú, Colombia, etcétera”.
A su vez, el artista ve con buenos ojos que cada estilo de música tenga su espacio “así como hay peñas folclóricas o lugares para la milonga y bailar tango, reductos para el heavy metal, para la bailanta o lo que fuere, también existen lugares de blues y está perfecto. Entonces el bluesero sabe que puede ir (…) y que la gente lo disfrute como un espectáculo”.
Cabe destacar que este artista también se dedicó a la investigación sobre la historia de la música afroamericana y su evolución, con el cual editó dos obras literarias que tuvieron repercusión internacional. El primero, fue llevó como título “Blues por Regiones”’, que desarrolla, justamente la historia del blues desde su etapa formativa hasta la década del 40, que es donde se produce un quiebre entre el blues rural-folclórico y el blues eléctrico. También habla de las compañías de grabación y de todo el sistema comercial que hay alrededor del blues, siempre hablando de Estados Unidos.
Mientras que su segundo libro: “Bien al sur: Historia del blues en Argentina”, que lo realizó junto a Martín Sassone, que narra toda la historia del blues en Argentina, desde la entrada de la música folclórica norteamericana con las Invasiones Inglesas y “ese es un libro del cual estamos muy felices porque la Blues Foundation de Estados Unidos en su Salón de la Fama del Blues, nos invitó especialmente a presentar el libro. Lo ingresaron en la Biblioteca del Salón de la Fama del blues: es la única obra no norteamericana o no británica que está. Al día siguiente fuimos a la universidad de Oxford, Mississippi donde está todo el archivo del blues, todas las reliquias y en la sala William Faulkner, donde estuvieron todas las leyendas del club tocando, presentamos el libro y también lo indexaron y es la primera vez en la historia que una obra que no refiere al un blues norteamericano de Inglaterra se indexa en el archivo del blues porque ellos consideraron que tenía un valor cultural muy importante”.
Además, el profesional adelantó que está cerca de publicar otras dos obras referidas a la músicas country y gospel en el país.