Cada lunes y viernes, alrededor de 30 chicos del barrio Pindapoy de esta localidad asisten al merendero del barrio. El servicio es a pulmón y, lamentablemente, alcanza solo para dos de los siete días de la semana.
Tres son las mujeres que están al frente de este merendero del populoso barrio de San José que comenzó a funcionar en agosto del año pasado con el apoyo de la asociación civil “El Shaddai” que se dedica a realizar servicios sociales comunitarios, tiene otros dos merenderos en los barrios San Martín y Don Bosco, huerta comunitaria y talleres de oficios.
“Recibimos la leche, cereales y azúcar una vez por mes de la asociación, pero también contamos con la ayuda del Instituto Gentilini que nos trae pan, té, azúcar y dulces. Aún así, muchas veces no nos alcanza cuando vienen más chicos de los que esperamos”, contó Camila Leal a PRIMERA EDICIÓN, quien junto a su mamá, Ramona Leal, y Yamila Alfonso se dedican no solo a preparar la merienda sino también a jugar con los chicos que acuden un rato antes que se sirva la leche.
El año pasado, cuando el merendero abrió sus puertas, iban unos 15 niños. En la actualidad asisten más de 25 chicos de 1 a 14 años, “eso depende del día, a veces vienen muchos más, hasta 35. La merienda la servimos los lunes y viernes de cada semana pero, cuando viene el señor del Gentilini, también la servimos ese día, sea cual fuera el día”, contó Camila. Además de los chicos, asiste un adulto mayor.
En ese merendero también van los cuatro hermanos de César Daniel Tizato, el adolescente asesinado en septiembre de 2020 cuyo cuerpo fue hallado un mes después en una laguna, con piedras en el abrigo.
El acceso a una taza de leche
Según contaron las mujeres, les gustaría mucho poder servir la merienda todos los días a los chicos, “ellos esperan ese alimento… a veces no podemos prepararles la merienda porque nos falta algún elemento y los chicos vienen a preguntar qué ocurre porque ya se acostumbraron a contar con esta ayuda. Los chicos vienen antes de la merienda, se juntan a jugar y se generan momentos de intercambio y diversión muy lindos”.
Según recordó Camina, “antes trabajaba en otro merendero que también ofrecía almuerzo, pero no contábamos con ninguna ayuda para los alimentos y teníamos que salir a pedir los insumos para cocinar. Por eso, decidimos dejar porque era muy angustiante cuando los chicos venían a preguntarnos cuándo volveríamos a darles de comer y no poder responderles como ellos esperaban”.
Indicó que fue entonces que hablaron con la gente de “El Shaddai” y se comprometieron a ayudarlas con alimentos y desde entonces el merendero funciona dos días por semana. “Hablamos con el responsable de Shaddai un jueves y el lunes ya teníamos todos los alimentos para empezar a dar a los chicos la merienda”, destacó Camila.
Los preferidos de los chicos
Además de la taza de mate cocido con leche, le ofrecen pan casero o torta frita hecha por las responsables del merendero.
Según contaron las mujeres, “preparamos la merienda en nuestras casas con un fogón y llevamos a un salón que nos prestaron los del Instituto Gentilini. Como los chicos van a la escuela, sirven la merienda después de las 17.30, cuando salen de clases, cuando hacemos torta frita o pan casero, empezamos a cocinar a las 14 para terminar antes que lleguen los chicos. A ellos les gusta mucho los cereales y cuando les servimos torta frita con dulce”.