Durante las últimas horas, PRIMERA EDICIÓN daba a conocer la situación en la que se encuentran los estudiantes y docentes del Bachillerato con Orientación Provincial (BOP) 36, ubicado en el barrio Mini City, pero que alberga a alumnos de toda la zona, más de 700.
Dos aulas clausuradas porque están en alto riesgo de derrumbe, otras dos que usan los chicos pese a que no funciona la luz, un sector de sanitarios clausurado desde hace años, un sector del pasillo -que funciona como patio- tampoco tiene luz y un minúsculo patio donde cada dos por tres filtra aguas servidas del sanitario que colapsa. Esta es parte de la postal que deben afrontar día a día educadores y alumnado.
Por este motivo, ignorados por las autoridades educativas de la provincia, este miércoles por la mañana llevan a cabo una sentada frente al ingreso al establecimiento educativo, con corte de las calles Madelaire y Oberá.
Padres y vecinos se sumaron a la protesta porque “la escuela es un peligro para alumnos y docentes”, manifestó Oscar Suárez, uno de los papás que es parte de la movilización junto a más de 100 estudiantes y personal docente.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, el padre preocupado por lo que pueda suceder, tras enumerar las falencias, afirmó que “cuando llueve los chicos tienen miedo de recostarse por las paredes. El cableado hay partes donde tiene fugas, no tanto pero tiene”.
“Donde cae uno, pueden caer dos o tres si alguien se recuesta contra la pared. El problema es el peligro que significa”, agregó.
Con respecto a la sentada, la medida seguirá indefinidamente hasta que se acerque alguna autoridad educativa. “Vamos a seguir hasta que haya una solución del Ministerio de Educación o de quien se presente a hablar”, manifestó el papá.
“El riesgo está, y siempre va a estar, hasta que no haya solución. No queremos que pase una desgracia: que alguien quede electrocutado, que le caiga una mampostería en la cabeza”, adicionó Suárez.
De no tener soluciones, “después seguiremos con cortes en la ruta (213). Queremos una solución para que nuestros hijos tengan una buena educación. Hay colegios inaugurados nuevos y acá no se está pidiendo mucho”, advirtió.
Gestiones por un edificio nuevo
Según contó la directora Adriana Herrera, las gestiones por un edificio nuevo comenzaron con su antecesora. Y a partir de 2021 ella tomó la posta. “Uno de los pedidos fue ante Vicegobernación, incluso vinieron desde la Dirección de Arquitectura de la provincia e hicieron un plano para hacer en la zona de arriba un edificio nuevo de dos pisos, con ocho aulas y patio cubierto. Para llevar adelante ese proyecto había que demoler el sector de arriba de la escuela. El problema es que, cuando cambió el funcionario que estaba como referente de esa área, nuestro proyecto es como que desapareció. Después de tantos años de pedidos, tenemos que empezar de nuevo”, lamentó.
Ayer, visitaron la escuela el presidente del Consejo General de Educación, Alberto Galarza, y un referente de la Unidad Ejecutora, quienes recorrieron las instalaciones y vieron su estado.
“Nos dicen que ya nada es reparable”
La escuela está asentada sobre un terreno con un gran desnivel, en el área de arriba “tenemos ocho aulas, pero dos están clausuradas por las grietas y corre riesgo que las paredes se desmoronen. Llamamos a los albañiles y nos dijeron que es imposible reparar el daño de esas aulas, una de las paredes está totalmente desprendida”, contó la docente.
Otro gran peligro es el sistema eléctrico “está en pésimo estado, los cables están totalmente negros… no se puede reparar por sector, nos explicaron que debemos cambiar todo el tendido eléctrico”, recordó la directora.
También hay que levantar todo el cielorraso, que en muchos lugares está desprendido, podrido y en otro ya se cayó hace tiempo.
Cada vez que llueve, la escuela se inunda. El agua no solo entra por las innumerables filtraciones sino también que corre como cataratas por el pasillo, como consecuencia del pronunciado desnivel del terreno.
En tanto, en el sector de abajo, que es un poco más nueva, están la biblioteca, el gabinete psicopedagógico, un aula de laboratorio y un aula de idioma… “estas dos se usan como aulas para cursos porque nos faltan aulas”, precisó la directora.
En este momento, la biblioteca y dos aulas están sin luz. Los chicos de segundo año (mañana y tarde) y el tercero del turno noche ocupan una de las aulas que no tienen luz.
Al ser consultada sobre cómo pueden desarrollar las actividades escolares sin luz, al docente dijo que “tratamos de ingeniarnos, conectamos luces de emergencia y focos con prolongadores. Hasta el año pasado teníamos luz, pero cuando comenzaron a tocar los cables para poder solucionar fue peor… los electricistas nos dicen que hay que cambiar todo, los cables son todos del mismo color, por lo que tampoco pueden encontrar el que abastece. No funciona nada, donde se toca algo se agrava el problema, tampoco funcionan más las luces del pasillo porque hicieron cortocircuito”, confió.