El tenis adaptado misionero tiene una esperanza. La ilusión cuenta con nombre y apellido: se trata de Lucas Duarte (23), el garupaense que desde hace tres años forma parte de la Selección Argentina de la especialidad y, desde hace cuatro, vive y entrena en el Centro Nacional de Alto Rendimiento (CeNARD), en Buenos Aires.
Tal como EL DEPORTIVO reprodujo en una entrevista de enero de 2022, Lucas llegó a estar 280° en el ranking mundial de la International Tennis Federation (ITF), tras sumar sus primeros puntos en un torneo de la gira mundial que se realizó en Buenos Aires, el único que se hace año tras año en la Argentina.
La pandemia de coronavirus, como a tantos otros deportistas, marcó un antes y un después para el misionero. Es que varios certámenes se cancelaron, Lucas no pudo volver a competir, perdió los puntos que con tanto esfuerzo había obtenido y salió del ranking internacional.
Sin embargo, para Lucas, rendirse no es una opción. Su propia historia de vida así lo demuestra. Y tras iniciar la temporada 2023 a puro entrenamiento, se propuso volver al ranking. Y mucho más: “mi objetivo es estar entre los 36 mejores del mundo y ganarme así la clasificación a los Juegos Paralímpicos de París 2024”.
Lucas… nuevo año y nuevos desafíos…
Es así. Sigo siendo parte de la Selección de la Asociación Argentina de Tenis Adaptado (AATA), a la que agradezco mucho por la oportunidad de todos estos años. Y lo que sucedió es que, después de la pandemia, no volví a jugar internacionalmente y los puntos que tenía en el ranking ITF desaparecieron. Por eso la idea es volver a jugar y sumar la mayor cantidad de puntos, con la idea de lograr la clasificación a París 2024. Sé que no va a ser fácil, sobre todo por lo económico, pero lo vamos a intentar.
¿Y ya tenés armada alguna gira?
Bien. Primero que nada, quiero aprovechar los torneos de tenis adaptado de la ITF que se hacen en la región, que no son muchos. Ahora se viene el Chile Open, en Santiago. Ya tengo el aval de mis entrenadores y de la AATA para participar, pero estoy buscando ayuda porque solo la inscripción sale 400 dólares. Incluso ya tengo el pasaje, logré pagarlo de mi bolsillo. El torneo va del 13 al 16 de abril.
Tu participación es clave de cara a la meta que te propusiste…
Sí, pero además, después de Chile, del 19 al 22 de abril se juega el Abierto Miguel Zuñiga, en Buenos Aires, que es el único torneo de tenis adaptado de la ITF que se juega en Argentina. También es una buena oportunidad para sumar puntos y volver al ranking internacional. El tema está en que la inscripción para ese certamen es de 100 mil pesos, así que también estoy buscando ayuda para alcanzar ese costo.
Contanos… ¿cómo es la vida en el CeNARD?
La verdad es que me encanta estar acá y entrenar con la Selección. Me gustaría seguir muchos años más con esto. Y no es una vida sencilla, porque es de mucha exigencia… se entrena todos los días, cada vez más. Hay que tener un hábito y mucha constancia. Es así todo el año y hay que cumplir; pero me gusta lo que hago, así que todo eso me causa mucha felicidad.
Y ahora, a pelearla por ese sueño…
Sí, sí, sé que es una locura, pero es la más linda de todas. Para cumplir el sueño de estar en París tengo que arrancar con estos dos torneos. Y después el objetivo es sumar más competencias y puntos. El ciclo olímpico va hasta mitad del año que viene; así que veremos cómo va eso, pero quiero meterme en la pelea.
¿Te imaginás en París 2024?
Sí, me imagino estando ahí y me da mucha emoción, mucho orgullo. Cuesta mucho todo, pero ahora tengo esta oportunidad de jugar en Chile después de mucho tiempo, así que estoy contento. Y cada vez que me pongo a pensar en ese sueño, que es el de todo deportista, estoy feliz. Estoy seguro de algo: voy a dar lucha hasta donde pueda para estar en París; y si no lo logro, voy a estar contento igualmente porque lo intenté. No pienso bajar los brazos nunca.
Un guerrero de la vida
Lucas nació con artrogriposis aguda y pie bot, una condición que no le permitió el desarrollo de tendones y músculos del tren inferior. Sin embargo, lejos de desanimarse, siempre apostó por el deporte.
“De chiquito siempre jugaba al básquetbol. Y ahí es que, mediante gestiones, conseguí esta silla que hoy actualmente todavía uso pero para jugar al tenis”, contó Duarte desde Buenos Aires.
¿Cómo llegó al CeNARD? “En un momento, empecé con el tenis, hasta que se me dio por viajar a Buenos Aires a tomar algunas clases en una escuelita. Ahí fue que me vieron los entrenadores de la Selección Argentina, consideraron que tenía condiciones y me citaron para el CeNARD”, recordó el misionero.
Sobre el cambio de disciplina, Lucas recordó que “al principio no fue fácil, me costó un poco, porque tuve que aprender varias cosas, ya que del básquetbol al tenis hay mucha diferencia. Tuve que aprender a moverme en la silla, a golpear la pelota, pero con los entrenamientos y con muchas ganas aprendí muchísimas cosas”, finalizó.