El peligro de la mala manipulación de alimentos. Sofía tiene 54 años, diabetes tipo 2 e hipertensión arterial. En un caluroso día domingo salió a disfrutar de un almuerzo con su familia y amigos, apenas pasaron unas horas se empezó a sentir descompuesta. Preguntó al resto del grupo y era la única de los 9 que empezó con cólicos y un fuerte dolor de cabeza, pensó que algo le había caído pesado y tomó un digestivo.
Esa noche no pudo descansar por las deposiciones diarreicas, dolores musculares generalizados y fiebre; cada vez se sentía peor. Su esposo la llevó a la guardia donde quedó internada, ya que vieron signos de alarma en la presión y glucemia descontrolados.
De diferentes cultivos detectaron salmonelosis. Gracias al buen accionar del médico de guardia y sus posteriores colegas, se resolvió la descompensación.
Los demás miembros del grupo no tuvieron ningún tipo de síntomas pero todos fueron examinados y dos resultaron positivos.
De este caso quiero remarcar algunos puntos que creo son de importancia:
• Podemos contraer salmonelosis y no presentar síntomas.
• Las edades más comprometidas de acuerdo a sintomatología y complicaciones son inmunodeprimidas, mayores de 60 y menores de 6 años.
¿Cómo se contagia la salmonella?
En el caso de los humanos, la salmonella puede contagiarse de manera directa o por contaminación cruzada, ya sea dentro de un hogar, a través de alimentos o de agua contaminada.
Los alimentos más comunes a través de los que se puede transmitir la salmonella son carnes congeladas, cerdo, pollo, atún, huevos, alimentos procesados, entre muchos otros. Esto ocurre cuando no están cocidos o lavados correctamente, o cuando se produce la contaminación cruzada entre diferentes alimentos.
Sin embargo, la salmonella también puede transmitirse por el medioambiente, entre otras personas, entre animales, por agua contaminada y hasta en granjas y zoológicos.
¿Cómo prevenir la salmonella?
Para prevenir la salmonella es importante lavar correctamente las frutas y verduras, los utensilios y demás elementos de cocina.
Usar una tabla de cortar diferente para la carne y la verdura, mantener la cocina desinfectada correctamente. Importante: no lavar carnes y huevos ya que es contraproducente y propaga todavía más la producción de bacterias.
Al guardarlas en la heladera o freezer, también es necesario asegurarse de que se almacenen en lugares separados. No colocar alimentos cocidos sobre superficies donde estuvieron carnes o huevos crudos, sugiero tener un recipiente con vinagre blanco para pasar en la mesada y si se necesita secar con papel o dejar el repasador a diario en vinagre diluido.
Nunca dejar fuera de la heladera los alimentos perecederos durante más de una hora.
Consumir carnes bien cocidas. Todos estos mínimos detalles ayudarán a evitar la contaminación.