En lo poco que va del año, la escalada de precios vuelve a estar al tope de las preocupaciones de los argentinos y amenaza con ser el tema dominante para lo que queda del 2023.
En ese sentido, vale traer al análisis lo que ocurre con los alimentos, acaso el rubro más sensible en un país con altos índices de pobreza e indigencia. Un estudio de la consultora LCG, dedicada a medir precios, advierte que la inflación de alimentos en las últimas cuatro semanas fue de 6,4% impulsada principalmente por panificados, carnes y productos lácteos y huevos.
En paralelo, la próxima semana la inflación volverá a concentrarse en los combustibles y, consecuentemente, en toda la cadena de precios. El aumento en cuestión forma parte de lo acordado entre el Gobierno y las petroleras y se ubicará en torno al 3,8%, aunque con mayores porcentajes de acuerdo a las distancias con el centro del país.
En consecuencia, el primer trimestre cerrará con un elevado índice inflacionario y pobres expectativas para los próximos meses.