En la actualidad, 165 millones de niños tienen miopía en el mundo y se estima que, para el 2050, esa cifra puede llegar a 275 millones, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, unos 7,5 millones de niños en edad escolar son portadores de algún tipo de deficiencia visual y sólo el 25% presenta síntomas, alerta. Pueden deberse a factores genéticos, pero hay factores ajenos que se pueden controlar.
Con esta premisa, la FM 89.3 Santa María de las Misiones contactó a Nadia Flores, vicepresidente de la sociedad de Oftalmología de Misiones, quien dio precisiones acerca de este problema de refracción en los ojos de los niños, cómo prevenirlo y qué señales tener en cuenta.
Flores resaltó que lo primero es la prevención, “porque vemos que los padres traen tarde a sus hijos de 6, 7 años cuando el problema ya está”, alertó. En este sentido, subrayó que 1 de cada 5 niños en edad escolar puede tener problemas para enfocar el pizarrón.
“Chicos hiperactivos, chicos que se distraen, que no pueden ver y deben acercarse al pizarrón, o miran el cuaderno del compañerito, muchas veces un problema de visión en el alumno puede hacer pensar o interpretar que no le presta atención a la maestra”, contó.
Algunas de las señales a tener en cuenta, contó Flores, es “si los niños se refriegan mucho los ojos, si entrecierra o si achican los ojitos para ver el pizarrón”. En este sentido, dijo que el docente es esencial, ya que tiene contacto con los niños y tiene el deber de avisar a los padres.
Hereditarias y otros factores
Seguidamente, la oftalmóloga explicó que muchas de las deficiencias oculares son hereditarias a través de la familia. Sin embargo, muchas no y acá se debe tener mucha atención: los hábitos saludables y la prevención.
“Desde comer sano, hacer actividades al aire libre y reducir el tiempo de pantalla. Esos tres factores pueden hacer que un niño no tenga la predisposición a la miopía”, destacó Flores.
En ese sentido, recordó que tras la pandemia aumentaron los niños con miopía por el uso de la tecnología. “Se le creó un hábito de estar encerradito frente a la pantalla, con el celular del familiar mucho tiempo” dijo.
De esa forma “estamos entrenando a un niño que enfoca de cerca y después le cuesta enfocar de lejos. Está el factor genético familiar, pero hay un factor que se llama multifactorial que nosotros podemos controlar desde la familia”, resaltó.
“El encierro hizo que los niños trabajen en su medio interno y muchas veces nos salgan al aire libre y luego desarrollaron miopía”, agregó.
Diferencias y cuándo hacer los controles
Po tres errores de refracción, o sea deficiencia al enfocar, el oftalmólogo puede recetar anteojos: la miopía y la hipermetropía, que son faltas de enfoque de lejos o de cerca; y el astigmatismo que puede ser de lejos y de cerca al mismo tiempo.
Nadia Flores contó que “es importante que los padres lleven a los niños a los controles oftalmológicos”. El primer control es el fondo de ojo es cuando el niño nace o cuando tiene 3 meses, el segundo a los 6 meses, luego al año y luego a los tres años. “Mientras va creciendo el ojo del niño yo puedo detectar si necesita lentes o no, porque un niño tan chico no sabe decir si ve bien o no”, explicó.