El 11 de enero del corriente año la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó una actualización epidemiológica de los brotes de influenza o gripe aviar y las implicaciones para la salud pública en la Región de las Américas.
En el mismo manifiesta que debido a la creciente detección de focos de influenza aviar altamente patógena en aves registrada en diez países de la Región de las Américas, y la reciente confirmación de la primera infección humana de influenza A(H5) en América Latina y el Caribe en enero de este año en una niña de nueve años residente en una zona rural de la provincia de Bolívar (Ecuador), se reiteran las orientaciones sobre la vigilancia, el diagnóstico por laboratorio en muestras humanas y animales y la investigación.
La OPS/OMS recomienda fortalecer la vigilancia de la enfermedad respiratoria en las poblaciones animal y humana, la investigación exhaustiva de todas las infecciones zoonóticas y la planificación de la preparación ante influenza pandémica.
Al respecto y pese a que la pandemia por COVID-19 continúa en el mundo, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebrevesus, advirtió a la población sobre la posibilidad de una nueva pandemia.
Además y, a pesar de que desde que el virus H5N1 apareció por primera vez en 1996 sólo se ha visto una transmisión extraña y no sostenida de la enfermedad entre humanos, Ghebrevesus sostuvo que “no podemos asumir que seguirá siendo así, y debemos prepararnos para cualquier cambio en el status quo”.
Volviendo al informe de la OPS, según la Organización Mundial de Salud Animal (OMSA) , “la temporada epidémica de la Influenza aviar de alta patogenicidad continúa con brotes en aves de corral y brotes notificados en aves silvestres” y remarca que “el subtipo A(H5N1) es el predominante y por primera vez se ha registrado una persistencia inusual del virus en aves silvestres durante el verano, por lo que se espera que el número de brotes aumente en los próximos meses”.
Cabe recordar que la manera más común por la que el virus se introduce en un territorio es a través de aves silvestres migratorias y que el principal factor de riesgo para la transmisión de aves a humanos es el contacto directo o indirecto con animales infectados o con ambientes y superficies contaminadas por heces. El desplume, la manipulación de cadáveres de aves de corral infectadas y la preparación de éstas para el consumo, especialmente, también pueden ser factores de riesgo.
Por esto, ante potenciales amenazas para la salud animal con impacto en la salud pública, la calidad de la vigilancia es clave para la detección temprana y la respuesta oportuna.
2023-enero-11-phe-actualizacion-influenza-aviar-sp-final2Fuente: Medios Digitales