Aunque podría ser tomado como un guion cinematográfico o de una serie de alguna plataforma de streaming, la “donación gestacional del cuerpo entero (WBGD sus siglas en inglés)” es un estudio científico de la investigadora de la Universisda de Oslo, Noruega, Anna Smajdor que se refiere al proceso de gestación subrogado en pacientes con muerte cerebral.
Sin embargo, hasta el 17 de enero pasado, muchos no conocían nada acerca de ella hasta que el Colegio Médico Colombiano la publicó en Epicrisis, portal de noticias de la institución. Si bien el artículo ya fue retirado estuvo el tiempo suficiente para generar indignación en gran parte de la sociedad colombiana.
La sola idea de usar los cuerpos de mujeres con muerte cerebral como “incubadoras fetales”, que es muy poco probable que se lleve a cabo al menos por ahora, indigna, incluso como obra de ficción.
El artículo replicado por el CMC de la revista BioEdge, reseña las palabras de la investigadora de la Universidad de Oslo, Noruega, Anna Smajdor, quien defiende el uso de mujeres y hombres con muerte cerebral como “incubadoras fetales” para aquellas parejas que anhelan tener un hijo y no pueden.
En la publicación del CMC en Epicrisis, se citaban varios argumentos y uno de ellos es que el embarazo es una experiencia peligrosa que se puede transferir “a aquellos que ya no pueden ser dañados”. Otro es que ya está extendida la donación de órganos provenientes de personas con muerte cerebral.
Desde el Colegio dijeron que, tomaron como fuente el trabajo de Anna Smajdor, de la Universidad de Oslo, que en la revista Theoretical Medicine and Bioethics desarrolla el concepto de “donación gestacional de cuerpo entero” para pacientes con muerte cerebral (hombres y mujeres).
El estudio original se anticipa ante las preocupaciones feministas argumentando que “podrían mitigarse si los hombres también pudieran participar” en lo que denominan la “donación gestacional del cuerpo entero (WBGD)”, que se refiere al proceso de gestación subrogada en pacientes con muerte cerebral.
Para ello, propone que se incluya el uso de cuerpos de hombres con muerte cerebral a quienes se les implantaría el feto en el hígado, “es un sitio de implantación prometedor debido a su excelente suministro de sangre”, aseguran.
Aunque afirman que la implantación puede resultar fatal para el paciente que lleve el embarazo en el hígado, consideran que “para los donantes con muerte cerebral, el concepto “fatal” no tiene sentido: el gestante ya está muerto. Por lo tanto, incluso si el hígado sufre un daño irreparable después de la gestación, esto no representaría un problema, excepto en la medida en que podría significar que los gestantes masculinos podrían tener un solo embarazo, en lugar de muchos consecutivos”.
La autora también sostiene que “el embarazo es mucho más riesgoso que el sarampión” y si la comunidad mundial de la salud decidió erradicar esta enfermedad tan peligrosa, el sarampión, “es lógico que también se deba erradicar una experiencia peligrosa como el embarazo”, expuso.
Posterior a eso, Smajdor sostiene que aún no se puede renunciar por completo al útero para la reproducción de la especie humana, pero “podemos transferir los riesgos de la gestación a aquellos que ya no pueden ser dañados por ellos”, concluyó.
Según la investigadora, se sabe que “la vida del paciente ha llegado a su fin” en la situación de muerte cerebral, a diferencia de los casos “más problemáticos” de pacientes en estado vegetativo persistente, en los cuales la persona todavía puede despertar. Además, la práctica supuestamente evitaría “los problemas morales de la subrogación”.
El texto en Epicrisis, que ahora fue retirado, detallaba: “Ella argumenta que estas mujeres podrían tener un buen uso como sustitutos gestacionales siempre que hayan hecho una directiva anticipada”. En el texto que generó polémica, se hacían diversas preguntas como: “Sabemos que las mujeres con ‘muerte cerebral’ pueden llevar embarazos a término. ¿Por qué no deberían iniciarse embarazos para ayudar a las parejas sin hijos?”.
Las críticas en redes sociales surgieron con el pasar de los días. La secretaria de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín, Angélica Ortiz, declaró que ningún cuerpo se está “desperdiciando” en la actualidad porque las mujeres no son “una fábrica de personas”. Además, la asociación Forum de Política Feminista cuestionó la propuesta como parte de una lógica de “mercantilismo neoliberal”.
Ante las críticas generadas, el Colegio Médico Colombiano publicó una disculpa por el artículo, “desde el CMC ofrecemos sinceras disculpas a todas las mujeres y comunidad por la publicación de BioEdge compartida en nuestro portal de noticias”, y cierran diciendo que su talante está enfocado en el progreso de la medicina “al servicio de la humanidad con los más altos estándares bioéticos”.
Fuente: Medios Digitales