Cada vez que llega fin de año resulta inevitable pensar en un balance y muchas veces lo entendemos como un control de nuestras metas propuestas a comienzos de año versus lo logrado hasta fin de año.
Si bien en un principio esta sería la única forma de hacer un balance, sacar como dos fotos y compararlas, en realidad nos perdemos lo mejor, todo lo que está en el medio, y muchas veces el sabor que nos queda ese amargo, cuando si viéramos el paisaje completo sería completamente diferente.
Durante el año han aparecido cosas distintas a las pensadas al comienzo cuando nos fijamos metas, hemos conocido personas que no estaban en nuestros planes, vivimos momentos impensados que, por supuesto nunca estuvieron en el listado de metas de comienzo de año y así podríamos seguir enumerando, por eso les propongo este fin de año hacer un balance diferente.
Lo primero es hacer una lista donde escribimos cada una de las cosas que agradecemos de este año: haber concretado un proyecto, una nueva amistad, un hijo que se recibió, una enfermedad curada, la casa soñada, un nacimiento, todo, absolutamente todos los momentos bellos que ocurrieron este año, ir enumerándolos y poniéndolos uno debajo del otro.
Luego una segunda lista con las metas que nos fijamos a comienzo de año. A primera vista, y si hemos anotado con detalle cada cosa que agradecemos, veremos que nuestra lista de agradecimientos es muy superior a la de las metas que nos fijamos a comienzo de año.
Nuestro balance arranca dando positivo, luego nos detenemos en las metas de principio de año y hacemos un segundo análisis, vemos cuáles logramos y cuales aún no. Pero ya no se trata de comparar dos fotos, sino de ver todo el paisaje completo.
Porque quizás no logramos todo lo que nos propusimos, pero ocurrieron cosas o logramos otras que son fabulosas y pudimos notarlo porque empezamos nuestro balance con la lista de agradecimientos.
Viendo en hechos concretos lo que podemos conseguir sentiremos la fuerza para encarar el proyecto que sea, porque si pudimos con algo ¿Por qué no un poco más?
El amor es la fuerza más poderosa y por tanto la más importante, por ello, al hacer nuestro balance de fin de año, no podemos dejarlo de lado. Esta es una invitación a mirar con amor todo lo que hemos hecho, los obstáculos que sorteamos, los límites que cruzamos, y envueltos en ese amor, mirar lo que aún falta, para que con fuerza y creyendo en nosotros, comencemos un año con nuevas metas.