Hemos comenzado a transitar nuestro viaje del 2023… un recorrido que abre puertas a nuevas oportunidades en la vida. Cada vez que iniciamos un nuevo año, recordamos que nuestra vida es un camino al que estamos llamados a transitar una vez más este hermoso camino de la vida. Al iniciar este nuevo año, es oportuno que podamos reflexionar sobre la importancia de iniciar este camino con actitudes positivas.
En el inicio de este recorrido, quisiera que tomemos como ejemplo a la misma Madre María y la Sagrada Familia de Nazaret para nuestro transitar en medio de tantas adversidades de la vida. La figura de la Madre María, nos llama a iniciar el año desde la contemplación, con una mirada de fe y la confianza plena en Dios.
En medio de los acontecimientos del Nacimiento, la Palabra nos dice que la Virgen María “conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lc 2, 16-21).
La Madre nos enseña a iniciar este año con una actitud de contemplación. Ella vislumbre todo lo que acontece, desde su corazón humano, pero puesto ante el misterio de Dios que todo lo sobrepasa y a todo le da sentido. Con María elijamos comenzar el año, con una actitud profundamente contemplativa ante las situaciones que nos van aconteciendo en la vida. Ser profundamente contemplativos implica superar la negatividad ante las adversidades, la falta de paz interior y la superficialidad.
Una segunda actitud que nos regala la sagrada familia de Nazaret, es la de la alabanza. Junto a la visita de los pastores de Belén, ellos nos enseñan a alabar a Dios por las maravillas que Él hace en nuestra vida. Son tantas las situaciones que nos hacen renegar en la vida y en estos momentos difíciles recordemos de imitarlos, levantando los ojos al cielo y alabando a Dios por tantas bendiciones que seguramente nos acompañan y por encima de todo por la certeza de que Dios nunca nos abandona. Iniciemos este año alabando a Dios en cada cosa que hacemos en la vida con pasión y entrega.
La sagrada familia de Nazaret nos enseña a “vivir en la acción de gracias” (Col 3,15) como nos recuerda San Pablo. Muchas veces los momentos difíciles de la vida no nos permite ver la bondad de Dios y agradecerlo en cada paso que damos. Vivir en acción de gracias nos invita a ser personas espirituales que vive desde la fe, sabiendo que Dios hace todo para el bien de los que aman (cf. Rom 8,28). Por la medida que nos animamos a practicar la virtud de la acción de gracias, seremos capaces de alegrar nuestro entorno.
Iniciemos el primer día del año, como el día mundial de la paz. Ya que es una hermosa oportunidad para reflexionar sobre el valor de la paz, en un año en que continúa la falta de paz a nivel mundial como consecuencia de la guerra y una nueva tendencia armamentista a nivel mundial. El Papa Francisco en la jornada mundial de la paz nos recuerda que necesitamos ser una comunidad que vive “juntos, en la fraternidad y la solidaridad, que podemos construir la Paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos”. Es el desafío de cada ser humano, un esfuerzo intencional de construir paz en su corazón, en su entorno familiar y en el mundo entero.
El Santo Padre nos anima a ser personas de luz en medio de tantas oscuridades en este nuevo año que estamos iniciando y nos recuerda que: “… Debemos concebirnos a la luz del bien común, con un sentido comunitario, es decir, como un “nosotros” abierto a la fraternidad universal”. Seamos luz para este mundo capaz de contemplar las bendiciones de Dios y ser una bendición para los demás con nuestra vida y trabajo de cada día.
¡Dios nos bendiga, en este 2023 que estamos iniciando!