El tiempo es lo más valioso que tenemos, y todos sin excepción, tenemos 24 horas al día. La elección de cómo lo invertimos es de cada uno.
Muchas veces escuchamos decir o somos nosotros quienes decimos la frase “no tengo tiempo” y en parte es verdad, no tenemos tiempo para hacer todas las cosas del mundo, pero sí tenemos tiempo para hacer todas aquellas que realmente agregan valor a nuestra vida.
Priorizando lo que de verdad queremos, lo que soñamos, aquellas cosas que no queremos irnos de este mundo sin haberlas vivido; esas deben estar en los primeros lugares; nunca sabemos cuándo nos vamos, no podemos postergarlas para un eterno mañana que nunca llega.
Es verdad que la vida a veces nos lleva con su velocidad, las obligaciones, las distracciones, pero lo importante es tener presente que somos los capitanes de nuestro barco, puede haber vientos que nos empujen a otros lados, tormentas que nos sacudan y nos desestabilicen, pero siempre somos nosotros quienes decidimos, quienes elegimos qué haremos y qué no.
Dar prioridad a lo que para nosotros es importante, es un ejercicio constante de hacer foco en lo que nos agrega valor y el resto dejarlo de lado. Implica mirar hacia adentro para descubrir por qué hacemos lo que hacemos, hacer consciente lo inconsciente y tomar la decisión de empezar a vivir todo aquello que nos queremos llevar.
Cuando hemos elegido aquellas cosas que si nos dijeran “te queda un mes de vida” quisiéramos vivirlas, entonces ha llegado el momento de organizarnos, diagramar el cómo lo haremos, fijarnos día y hora en que realizaremos esa actividad.
Aprender a priorizar es entender que el tiempo es el recurso más valioso que tenemos, y por ello, es el regalo más hermoso que podemos hacer y hacernos. Cuando entendemos esto, vemos que todo aquello que no nos llena el corazón, que no nos hace crecer, que no nos aporta valor no merece un segundo de nuestro tiempo.
En cambio, los momentos, las personas, las actividades, los sueños, las aventuras que queremos vivir, esas son importantes, ellas merecen nuestro tiempo, y que las saboreemos despacio para disfrutarlas plenamente.
Darles agenda a nuestras prioridades, nos acerca a la meta de cumplirlas. De pronto todo se vuelve más claro, las distracciones y la velocidad del día a día ya no nos lleva tan rápido, porque tenemos claro que es importante para nosotros, porque lo es, y como lo haremos; todo eso partió del momento en que establecimos cuales eran nuestras prioridades.
#sexto