Llegan las fiestas de fin de año y con ellas la preocupación porque las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) no sufran con los estruendos producto de la pirotecnia.
En ese marco, FM 89.3 Santa María de las Misiones dialogó con el presidente de la Fundación de Apoyo a Padres de Hijos con Espectro Autista (FAPADHEA), Eduardo Sisto, quien explicó las claves para respetar, no sólo las normativas vigentes que prohíben el uso de la pirotecnia sonora, sino también a las familias con niños con Trastorno en el Espectro Autista (TEA).
“Llamamos a la reflexión, creemos que esto tiene que llegar a ser una concientización social muy importante. No solamente porque va a evitar daño a los chicos, sino porque el otro, el que no tiene problemas, va a aprender a respetar al compañero, al socio de vida, que es un ser humano. Es nuestro aporte para generar una sociedad comprensiva e inclusiva”, comenzó diciendo.
En ese marco mencionó que, con el uso de pirotecnia, no solamente sufren los chicos con TEA sino otros colectivos como los adultos mayores, los animales y los veteranos de Malvinas.
A su vez, recordó que diciembre lo iniciaron con temor ya que, desde FAPADHEA, temían grandes estruendos a causa del mundial de fútbol.
“El estruendo, lo volvemos a repetir, no es una cuestión de gusto, un estruendo hace doler muchísimo el sistema nervioso de los chicos con TEA. Lo que para muchos es diversión para muchos es perjudicial”, manifestó.
En ese marco fue más específico y mencionó que, según neurólogos especializados, “al escuchar las detonaciones, las personas con autismo sienten como si les hincaran cientos de agujas en el cerebro”, afirmó. Es por eso que, a muchos no les queda otra opción que recluirse en el baño o en el lugar más recóndito de la casa.
“Hay que darles cierta seguridad y contenerlos. El abrazo puede ser algo que le da cierta seguridad frente a aquello que lo está agrediendo y, bueno, también soportar arañazos, soportar patadas, atajar la mano para que el chico no se lastime. Esos efectos no son medicables. No existe un tranquilizante neurológico. No es algo nervioso y la persona se pone histérica, sino que la persona siente como si le pegaran dentro del cerebro. Eso es lo que la gente tiene que entender. Ese es el nivel de sensibilidad que tienen los chicos con TEA con el efecto de los estruendos”, finalizó.