El evento, avalado por la UNESCO, se llevó a cabo en el Teatro de la Cultura, en pleno centro de la ciudad. Este año fue dedicado al candidato al Nobel de la Paz, el brasileño Gaetano Brancati Luigi, presidente del Instituto Arco de la Paz y la Asociación Comercial de San Pablo, de cuyas manos Moreyra recibió el diploma como Mensajero de la Paz.
Según explicó, el residente en Puerto Iguazú que Mensajero de la Paz es una distinción honorífica, que siempre viene de alguna importante organización internacional. “Significa que esperan que la persona nombrada se transforme en un verdadero promotor de paz en todos los ámbitos y que se note su presencia y su actitud de paz en todo. En mi caso, hacer eventos culturales como los que hago desde 1987, es una manera de promover la paz, al promover la integración cultural de pueblos y países, siempre con un mensaje cultural, relacionado con la identidad de cada lugar, su historia, su memoria, sus costumbres. Pero, sobre todo, con una actitud que te haga creer y pensar que uno es un verdadero promotor de paz, con o sin título, pero siempre, dependiendo de la actitud y la coherencia: no se puede hablar de paz y al mismo tiempo, dañar y perjudicar a otras personas. O sea, recibir un nombramiento semejante es un compromiso que hay que honrar con el testimonio de vida, cada día de la vida, en todas partes”, explicó.
Dentro de las cuestiones concretas, otra manera de construir la paz, “es llevando y creando bibliotecas, como lo hice en Puerto Iguazú, donando una biblioteca de más de mil libros, para lo cual hice una gran campaña, otra para el CEP 37 de Tobuna, a través de la ONG ‘Un sueño para Misiones’, donde hace poco volví a conseguir otra donación de unos 100 libros muy importantes”, acotó.
Moreyra también fue nombrado Embajador Universal de la Cultura, Visitante Distinguido de la Ciudad de Tarija y Visitante Distinguido de la Ciudad de San Lorenzo, respectivamente, del Estado Plurinacional de Bolivia, junto a los demás participantes, con quienes realizó disertaciones poéticas en varios institutos secundarios de Tarija, en la ciudad de Uriondo y luego, en la ciudad de San Lorenzo.
Asimismo, estuvieron en dos universidades de Tarija: la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho y la Universidad Católica Boliviana San Pablo, con conferencias de escritores de varios países más.
Cabe acotar que en la Expo Internacional compartió espacio con pintores de otros nueve países. La destacada escritora boliviana, oriunda de Cochabamba, Rosario Quiroga de Urquieta, se mostró sorprendida “por mi obra poética e inmediatamente me propuso realizar un ensayo al respecto y publicarlo en su ciudad”.
La cena y acto de despedida se llevó a cabo en El Castillo Azul, ya en función de museo, a cargo de la familia de León Rengel Martínez, gran personaje tarijeño y Mecenas de la Cultura de la ciudad. En dicho lugar se descubrió una placa, traída por los escritores paraguayos, en homenaje a los soldados bolivianos que fueron prisioneros del Paraguay, con la intención de curar viejas heridas de una irracional contienda bélica entre hermanos.