Ante el juez de Instrucción de Puerto Rico, Leonardo Manuel Balanda Gómez, un tarefero de 26 años detenido el jueves por la noche en Garuhapé por efectivos de la Unidad Regional IV se abstuvo de responder en indagatoria y su imputación provisoria quedó enmarcada por su presunta autoría en los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada, abuso sexual con abuso carnal y torturas”.
Cabe recordar que la aprehensión del sospechoso se concretó minutos antes de las 21 en su vivienda del barrio Balneario cuando intentó escapar de los policía pero fue perseguido y acorralado en una zona de monte próxima a la vivienda en la que habría sometido a su expareja de 32 a la que no debía acercarse, tampoco a la familia de ella, por reiterados episodios de violencia de género.
La restricción no sólo no la cumplió sino que el sábado 24 de noviembre por la tarde en la plaza central de Puerto Rico, la interceptó y la obligó a subirse a su motocicleta, presuntamente a punta de cuchillo.
La trasladó hasta la casa del barrio mencionado en Garuhapé y desde ese momento hasta que fue rescatada, tres días después, fue sometida a ultrajes violentos sexuales, golpizas reiteradas, amenazas de muerte, asfixiada con telas en la boca hasta que perdía el conocimiento mientras era abusada y luego reaccionaba con los baldazos de agua fría que le arrojaba su victimario.
Del relato de la mujer en su denuncia en la comisaría de Garuhapé, resta establecerse con claridad cómo logró enviar un mensaje de texto de celular a su familia para pedir que dieran aviso a la policía y se active el rescate y la detención del violento.
Se aguarda para esclarecer este punto, que la víctima declare en el Juzgado de Instrucción de Puerto Rico y despeje todas las dudas.
Al expediente también el juez Balanda Gómez espera que los familiares de la denunciante expliquen con quiénes quedó a resguardo durante los tres días la beba de seis meses que la víctima tuvo con el tarefero ahora detenido.
En el allanamiento que ordenó a la división Policía Científica el juez de Puerto Rico, se logró secuestrar un elemento clave que la mujer apuntó en su denuncia. Se trata de un tramo de hierro o aleación recubierto con una manguera de goma que posee punta romo y con el que también fue ultrajada.
Este elemento será peritado y de confirmarse rastros biológicos de la víctima, la situación del sospechoso quedaría con mínimo margen.
Vale agregar en este punto que, los análisis médicos y protocolos habituales de estos casos confirmaron lesiones compatibles con golpizas y quemaduras de cigarrillos, lo que apuntala la sospecha del delito de “torturas” para la imputación.
También será importante el testimonio de testigos que puedan sumar detalles al momento en que la víctima es interceptada por el exconcubino y cómo la amedrentó hasta obligarla a acompañarlo en su motocicleta hasta la casa de Garuhapé.