El Instituto Santa Catalina, la escuela que cursa el alumno de primer año que este martes fue agredido en el baño por estudiantes de años superiores, ayer volvió a informar a través de un comunicado las acciones que llevó adelante y recordó que “todos las actuaciones son reservadas, atento a que involucran a alumnos que son menores de edad”.
El equipo directivo aseguró que inició las investigaciones administrativas de rigor “desde el primer momento de ser anoticiados de los supuestos hechos” y que acompañó y mantuvo permanente contacto con la familia del alumno afectado, para conocer e investigar lo sucedido.
Vale recordar que dos días debió estar internado el alumno de primer año luego que este martes su madre lo retirara de la escuela porque, según le avisaron, estaba descompuesto.
Según relató la mamá, el chico llegó fuera de sí y en el hospital advirtieron que podía deberse a algún tipo de sustancia.
Poco después, el mismo adolescente contó que dos alumnos de años superiores lo golpearon en el baño y lo obligaron a ingerir un líquido azul.
Resguardo del menor
Según confirmaron este viernes las autoridades del Santa Catalina “se informó todo lo actuado al Servicio Provincial de Educación Privada de Misiones (SPEPM) y se dio intervención a la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes, quienes desde un primer momento se pusieron a disposición de la familia del alumno afectado, para el resguardo del menor y su entorno familiar”.
Indicaron además que tomaron conocimiento de las actuaciones penales a cargo de la jueza de Correccional y Menores, Marcela Alejandra Leiva, y se elevaron los informes requeridos para la instrucción formal de la causa denunciada por la familia del menor involucrado. “Por ello, la institución se encuentra ocupada en la investigación administrativa del caso, reuniendo la información pertinente a estos fines y pedimos que sepan entender a los medios de prensa que no corresponde en esta instancia formular declaraciones, aclaraciones o develar informaci´ón sensible en razón de la responsabilidad que nos compromete en el resguardo de los derechos de los niños y adolescentes”.
“Es deber de la escuela abordar la violencia”
Lamentablemente, lo sucedido en el Instituto Santa Catalina no es un hecho aislado ni extraordinario. Al respecto, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el secretario para la Educación Católica, Luciano Matijas, señaló que “la realidad nos marca que estamos en una situación cultural muy compleja que demanda mayores esfuerzos, no sólo desde lo pedagógico, porque no sólo se trata que los chicos aprueben materias y acrediten conocimientos, sino también valores para la vida”.
Para Matijas, “la escuela tiene que responder a estas necesidades que van surgiendo que son coyunturales a la realidad en la que estamos” y para ello cuentan con un equipo de apoyo de orientación escolar, conformado por distintos profesionales según las necesidades y recursos de cada institución, por lo general integran este equipo un profesional de la psicología, de la psicopedagogía, de trabajo social y en algunos casos un asesor jurídico”.
En este contexto, señaló que es deber de todas las instituciones educativas, sean confesionales o no, privadas o públicas, el abordaje de la problemática de violencia.
“Para eso se cuentan con protocolos y procedimientos previstos, tenemos organismos que actúan de contralor y de regulador para que los protocolos se cumplan y estén actualizados. Pero más allá de la norma y los procedimientos, en el centro están las personas, los alumnos, que son lo más importante. Por eso, siempre hay que buscar humanizar el procedimiento para salvaguardar a las personas”, argumentó.
Reeducar para no marginar
Pero Matijas destacó que una cosa es el protocolo para prevenir y erradicar casos de violencia “y otra son los acuerdos escolares de convivencia que también deben ser presentados y aprobados ante el SPEPM y tienen una vigencia de dos a tres años”.
Indicó que estos acuerdos escolares, desde la modificación del Código Civil en 2015, “también tuvieron un cambio de paradigma que fue de lo sancionatorio a otro de reeducación, restitución y reparación. Se busca el porqué de la sanción, se indaga sobre si realmente funciona las amonestaciones y la expulsión… si saco a un chico de la escuela, sea cual sea el motivo, ¿realmente lo ayudo a superar la situación o estamos empeorando la situación?. La institución se ve en el deber de buscar las formas o modos para reeducar, no para marginar”, analizó el secretario para la Educación Católica.