El último sábado fue un día especial para San Ignacio, ya que nuevamente abrió sus puertas la Casa Museo Histórico Arqueológico Miguel Nádasdy ubicada sobre la avenida Sarmiento, tras una etapa de mejoras y remodelaciones.
Actualmente el sitio cuenta con material arqueológico, elementos pertenecientes al propio sastre, museólogo e inmigrante rumano y ahora se incorporó el mítico violín de “Geniolito”. Desde el Ministerio de Cultura explicaron que el violín del popular artista mbya fue sometido a trabajos de conservación a cargo de profesionales, manteniendo las piezas originales y respetando la carga emocional que porta el instrumento.
La reinaguración del edificio por supuesto no pasó desapercibida y en el acto estuvieron presentes autoridades provinciales, municipales, representantes de pueblos originarios y miembros del 4° Rally Patrimonial y Turístico por la Ruta de la Yerba Mate.
“El lugar tenía necesitaba algunas refacciones, especialmente en lo que respecta a las paredes. Gracias al trabajo de mucha gente que aportó sus conocimientos y su talento, se pudo completar la puesta en valor para que este museo pueda resguardar su patrimonio en las mejores condiciones, y que tanto San Ignacio como la provincia cuenten con este espacio cultural que se integra al circuito patrimonial y turístico”, manifestó en la presentación Laura Lagable, subsecretaria a cargo del área de Revalorización Cultural y Museos.
La artista plástica Valeria Garibotti, quien intervino varios sectores del interior y realizó un mural en la parte externa, junto a Estela Garmanm, restauradora, que trabajó en la conservación del violín del artista mbya Geniolito, también tuvieron sus minutos de exposición y explicaron técnicamente sus labores.
Quién fue Miguel Nádasdy
El inventario de este museo reviste la singularidad de contar con objetos que en su mayoría pertenecieron al inmigrante rumano que da nombre al museo.
Nádasdy nació en la ciudad de Lugoj, Rumania, en el año 1907. Se estableció en San Ignacio en la década del cuarenta y allí ejerció el oficio de sastrería, aunque ya se dedicaba desde hace tiempo al coleccionismo de diversos elementos históricos. Por esta última pasión, el sastre rumano recibió una acreditación del Colegio de Museólogos de la Argentina.
Fue entonces que en 1978, Miguel Nádasdy donó gran parte de sus pertenencias y colecciones -que incluían piezas arqueológicas de diferentes reducciones jesuíticas- a la provincia de Misiones. Así, el 21 de julio de 1979, se inauguró el museo que actualmente continúa portando su nombre.