El incesante avance tecnológico ha demostrado que los medios y formatos tradicionales de comunicación han tenido que reinventarse una y otra vez en este escenario tan vertiginoso. A partir de la expansión de internet, la globalización y el constante flujo de información, mantener fidelizadas a las audiencias se convirtió en un desafío ante la diversidad de opciones que tienen fácilmente a su alcance.
Hace casi dos décadas incursionó en el mundo digital el podcast. En ese momento, sirvió para facilitar a las radios la difusión de sus programas en diferido. Con el pasar de los años el formato fue mutando y amplió el rango de sus características, perfeccionó sus métodos de producción y viralización, hasta colocarse en la cima como uno de los medios más populares de los últimos diez años.
Pero, antes de continuar: ¿Qué es un Podcast? En pocas palabras, se trata de una serie de archivos de audio que se suben a alguna plataforma de internet, su contenido es únicamente hablado y están disponibles para que los usuarios los descarguen y escuchen en el momento que quieran. Es decir, se caracteriza por generar un tipo de consumo asincrónico.
Justamente ésa es una de sus principales ventajas. A diferencia de la radio tradicional, no se reproduce en vivo en un contexto de pura simultaneidad. Quienes generan contenido para podcasts tienen la libertad de contar lo que quieran, de la forma que quieran.
Por su parte, el oyente decidirá cuándo escuchar su contenido preferido, incluso mientras cumple con otros quehaceres cotidianos; pues no debe estar pendiente de la imagen, de las gesticulaciones o cualquier otro complemento, solamente se vincula con la voz protagonista. Y es por eso que además de una reinvención tecnológica, el podcast también supone un cambio cultural, porque se instala entre los hábitos de las personas a la vez que funciona como un nuevo medio de comunicación.
Para abordar este fenómeno a través de una mirada profesional, PRIMERA EDICIÓN conversó con Patricia Bertolotti, licenciada en Comunicación Social y docente universitaria. Ella destacó también la ubicuidad de los podcasts y señaló, como otras dos cualidades, que “son globales” y “de nicho”.
“Puedo subirlo a una plataforma y de acuerdo a cómo yo viralice ese podcast y cómo lo muestre, puede escucharme gente de cualquier lugar del mundo que le interese escuchar algo en ese idioma. Inclusive hay gente que escucha para aprender o ejercitar un idioma en particular, por ejemplo inglés o español”, argumentó respecto al nivel de alcance.
Hay contenido para todos los gustos. Bertolotti resaltó la variedad de temas que se abordan en este tipo de formato. “Son específicos, en muchos casos los generan personas especializadas que tienen un conocimiento puntual y enriquecedor”. De esta manera, el usuario elige directamente el podcast que trata tópicos de su interés o el que le recomendaron por el mismo motivo, es decir, ya sabe con qué se va a encontrar cuando decide descargar uno.
Los estilos más frecuentes pueden estar organizados por episodios o con distintas formas de presentación: podcasts de conversaciones sin editar, algo así como una mesa radial. Charlas con estructura -conversaciones editadas-. Audio ensayo, en los que una persona expone ideas y tiene como base un guion. Y los podcasts narrativos, que pueden ser de género documental, de ficción u otros.
Cabe mencionar que estas variantes pueden mezclarse y utilizarse complementariamente, ya que no hay una clasificación rígida porque su producción depende del criterio y la creatividad de quien lo genera.
Algunos estilos requieren más trabajo de preproducción que otros, mayor o menor complejidad en la edición del audio según el contenido. “Para desarrollar podcasts uno tiene que entender que es un formato diferente a la radio, que tiene un estilo diferente, y una vez que podamos encontrar esa forma de desarrollar estos contenidos, creo que van a seguir emergiendo las ventajas“, opinó la docente.
Sin considerar puntos negativos, Bertolotti reconoció que en vez de desventajas podría hablarse de complejidades, lo cual demuestra “lo enriquecedor” y prometedor que es este formato. “Es un desafío constante. Por ejemplo, hay que saber elegir en qué plataforma colocar nuestro podcast y saber qué estrategias utilizar para ponerlo en circulación”.
El podcast se consolida y gana terreno entre los usuarios
En sus inicios, la producción y consumo de este tipo de medio predominó en Estados Unidos y países anglosajones.
Sin embargo, su expansión creció notablemente y en la actualidad América Latina pasó a ser uno de los sectores principales. En la primera mitad del 2020, la empresa Voxnest especializada en tecnología reveló en un informe que había aumentado rápidamente el número de oyentes en Chile, Argentina, Perú, Brasil y México. Un factor que habría influido fue el advenimiento de la pandemia, ya que las personas intensificaron el consumo de estos contenidos en sus hogares.
Al alcance de las ideas y la creatividad
Otro punto a favor que distingue a los podcasts es el bajo costo de producción. En realidad, como se ha mencionado, los hay de todo tipo; algunos requieren mayor complejidad de edición y mejor equipamiento de grabación según cuál sea el objetivo principal. Sin embargo, no hace falta poseer el mejor micrófono para iniciar un proyecto, basta con tener la propuesta clara, el público definido y las ganas de crear. Por otra parte, las personas también tienen acceso a programas de edición de audio que son económicos y no derivan en un obstáculo definitivo. De algún modo esto garantiza cierta diversidad e inclusión.
En la actualidad hay podcasters a los que esta actividad les significa un ingreso porque la implementan como un trabajo. En algunos casos también acompañan el podcast con una página web bien desarrollada y con un claro llamado a la acción, a fin de construir comunidades y fidelizarlas.
¿Llegó para quedarse?
Más de una vez se ha debatido en las redes respecto al predominio de los podcasts por sobre la radio tradicional y viceversa. Ante esto, Patricia Bertolotti aportó una reflexión clara acerca de que los medios pueden convivir y converger, teniendo en cuenta que hay público para todo tipo de propuesta:
“Yo creo que no hay que hablar en términos de esto o aquello, o que lo nuevo va a reemplazar por completo a lo ya existente. Creo que la radio en vivo no va a desaparecer, porque no sólo hay mucha gente a la que le encanta hacerla, sino también hay mucha gente que disfruta escucharla. Pero sí habrá un corrimiento con la incorporación de nuevas formas de consumir contenidos de audio. Es decir, apunto a que no será ‘la radio o el podcast’, sino que será la radio y el podcast”, explicó.
Desde su punto de vista, agregó que el formato podcast “no sólo perdurará en el tiempo, sino que se va a consolidar cada vez más”. Porque probablemente proliferarán ideas y abordajes específicos, o quizás surjan géneros nuevos. “Le veo mucho futuro al podcast”, concluyó.