No estamos concluidos, vinimos a experimentar. Cuando nos damos cuenta que todos estamos rotos, incompletos, en algún lugar descosidos, apartados o desconectados, comprendemos que No somos perfectos pero Si perfectibles.
Venimos de la perfección y vamos hacia ella, solo el recuerdo y el anhelo nos lleva a experimentar cada vez más y más hasta lograrlo.
¿Cuánto nos lleva? ¿Cuánto tiempo nos llevará estar concluidos?
¡Encamaciones! Vidas, muchas vidas llenas, cargadas de experiencia para volver a elegir voluntariamente el amor sin tener que atravesar el dolor.
El cooperar sin pasar por el egoísmo. El ser fraternal sin necesidad de experimentar la enemistad.
Cuando podamos actuar no por oposición sino por elección habremos dado un gran salto evolutivo.
Ni por oposición ni por imposición, será por elección.
Quizás necesitemos la experiencia de la contrariedad para llegar a optar por otro tipo de aprendizaje
Seguramente los contratiempos y la falta de…, nos llevará a valorar lo que es.
¡Si a todo tal y como es! Aprendo a valorar mi vida, cada experiencia la atesoro, recupero la verdad encerrada en ella y pongo los dones y virtudes a favor de la vida, del otro, del entorno, de mí mismo.
Aprendo a cooperar y a dar al igual que la naturaleza, entonces, tan solo entonces libre de manipulación, mi móvil no estará centrado en el egoísmo.
Ese es el preciso momento en el cual se revierte la rueda y comienzo a recibir. Así sin pensarlo, sin buscarlo, sin planearlo. Al ordenarnos nos magnetizamos y crecemos en conciencia.
Somos átomos radiantes de luz, energía divina materializada que al alinearnos en lo recto lo justo lo verdadero y lo eterno pasamos de ser un simple hierro a un imán, y al igual que él atraemos a nuestra vida todo lo afín.
Que nadie te gobierne desde fuera. El gobernarse nace de un estado de conciencia interno.
Para eso despierta la voz de tu conciencia y nada ni nadie desde afuera podrá marcarte el camino.
Sigue el impulso de tu alma, ella te habla en sueños, a través de situaciones, en fragmentos de libros, en encuentros con personas. Solo tendrás que estar atento para ver y para eso primero cultiva el silencio y la aceptación en tu interior. Se impersonal.
En cada acto, en cada gesto, en cada pensamiento, en cada sentimiento siempre vive alineado con la verdad suprema que es lo único verdadero y permanente.